Difícil proyección, todo es un vaivén
Si tomamos como referencia una de las encuestas más reconocidas y serias de Estados Unidos -The New York Times / Siena College- y vemos las proyecciones del viernes pasado y la de ayer domingo por la tarde, los resultados son diferentes, pero la diferencia es de milésimas. Hasta el viernes, de los siete estados ‘bisagra’ o ‘péndulo’ -Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin, Georgia, Pennsylvania y Arizona, que son los que definirán la elección de mañana- solo Michigan favorecía en los sondeos a Kamala Harris, mientras que Donald Trump predominaba en la preferencia del resto. Sin embargo, ayer el panorama era completamente diferente, ya que de las siete entidades en cuatro -Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin y Georgia- Kamala Harris estaba arriba por uno por dos puntos porcentuales, en dos -Pennsylvania y Michigan- estaban empatados y solo en Arizona el expresidente estaba a la cabeza.
Es un vaivén en las proyecciones, que si queremos tomar como referencia los sondeos de opinión sobre los aún indecisos en la elección es muy difícil encontrar una respuesta o predecir que sucederá mañana. Los siete estados en disputa están dentro del margen de error de los muestreos, lo que significa que ninguno de los candidatos puede sacar conclusiones o asegurar que tiene los votos electorales de las entidades.
Hasta ayer domingo -de acuerdo con reportes oficiales- 76 millones de personas ya habían emitido su voto, lo que significa que casi la mitad del electorado -se estima que serán alrededor de 160 millones de personas los que voten- ya habían cumplido con su responsabilidad ciudadana. Y entre los que faltan por tomar parte en el proceso electoral, muchos están indecisos. Se estima -según las mismas encuestas- que el 11 por ciento de los votantes aún no saben quien es mejor para estar en la Casa Blanca, si el ex presidente o la vicepresidenta.
Por lo cerrado de la contienda, es muy probable que mañana por la noche no podremos conocer el ganador de la elección y tendremos que esperar al recuento más detallado de los votos o de resolver las discrepancias o disputas electorales que se puedan presentar por parte de los candidatos. Entonces será necesario esperar hasta el 17 de diciembre cuando se reúna el Colegio Electoral para definir al ganador de la elección, quienes enviaran su decisión al Congreso el 6 de enero, donde se oficializa quien asumirá la presidencia el próximo 20 del mismo mes.
Sin embargo, no descartemos que mañana se tenga una sorpresa y después de una narrativa política de decibeles muy elevados, uno de los dos candidatos defina el vaivén de las proyecciones.
¿Usted, qué opina?