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La innombrable vs “El Peje” (una metáfora futbolera)

De Xóchitl, “la innombrable”, me encargo yo. Esa parece ser la estrategia que definió “El Peje” de cara a la elección del 2024. Cuando se juega una final el partido comienza antes de que el árbitro dé por iniciado el encuentro, como ha quedado claro en este proceso.

El Presidente está jugando al límite. Se sabe el jugador más popular en la cancha, el líder que puede encender a la tribuna. Está cometiendo todo tipo de marrullerías con la certeza de que nada le pueden hacer, que el árbitro va a pitar las faltas, quizá le sacará una tarjeta amarilla, pero no lo va a expulsar. Lo más que puede hacer el silbante es anular el partido, con la seguridad de que si lo hace se arma la campal en el estadio, con un riesgo altísimo de que se desborde la violencia.

El capital político es para gastarse y el Presidente tiene claro que es momento de desembolsar lo que ha acumulado durante el sexenio. De la última semana de junio, cuando Xóchitl Gálvez apareció como precandidata, al día de ayer, el Presidente perdió 5.5 puntos de aprobación en el tracking poll que hace Roy Campos para El Economista. No es poca cosa, pero lo que sería una tragedia para un Presidente con problemas de popularidad, para López Obrador es un gasto menor. En el mismo lapso, Xóchitl subió cuatro puntos en los careos contra Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard en la encuesta de El Financiero; la diferencia ser redujo de 11 a 8 puntos con respecto a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México que sólo creció uno por ciento.

El reto para Gálvez es zafarse la marca del Presidente, un jugador mucho más canchero, mañoso y experimentado que la va a perseguir hasta anularla. Hoy por hoy, pareciera que la senadora juega sola, que no tiene el apoyo de sus compañeros en su reclamo al abanderado, al árbitro y hasta a la comisión de arbitraje. La misión del defensa López Obrador en el partido es que ella no pueda hacer su juego, pero sobre todo evitar a toda costa que quede en una jugada uno a uno frente a Claudia, que es mucho menos habilidosa. 

Si ambas sobreviven a sus procesos internos, a la postre será inevitable que Claudia y Xóchitl se enfrenten en un mano a mano en tanda de penales. Pero no es lo mismo que cuando eso suceda el marcador este empatado, con diferencia de un gol o un marcador amplio. No es igual que la candidata opositora llegue golpeada, desanimada y cuidándose la espalda, a que llegue fresca y segura con la certeza de que el partido se puede ganar.

diego.petersen@informador.com.mx

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