Ideas

La frívola enanez de MC

A juzgar por los videos y acontecimientos recientes, la nueva política que propone el partido Movimiento Ciudadano (MC) consiste básicamente en un coctel tipo mimosa. La mitad es una especie de vino espumoso, corriente pero efervescente, una fiesta adolescente permanente del candidato a la Presidencia de la República, Jorge Álvarez Máynez, y el gobernador de Nuevo León, Samuel García, que han llevado la frivolidad política a niveles insospechados. La otra mitad de la mezcla es la gran contribución de Dante Delgado a la “Nueva Política”, esa práctica de reciclar los lixiviados de los partidos, sin importar perfiles ideológicos. Pueden ser del PRD, como Alejandra Barrales (CDMX), o Amalia García (Zacatecas); ex panistas como Carlos Herrera en Michoacán o Gerardo Guadiano en Tabasco; impresentables como el actor Roberto Palazuelos (Campeche) o el investigado ex alcalde de La Yesca, Ignacio Flores (Nayarit). 

El video del candidato Máynez en el palco del gobernador García en el estadio de Tigres burlándose de las multas del INE y mandándole mensajes al candidato a senador por Sonora, Manlio Fabio Beltrones, es una brutal síntesis del papel de bufón que ha adoptado el partido naranja en esta contienda. El discurso, discutible pero absolutamente válido, de ir por su cuenta, de no hacer alianza con ninguno de los dos bloques por desacuerdo ideológico con ambos, termina desbaratándose como un castillo de naipes ante la incapacidad de Samuel, el candidato fracasado, y de Máynez, el candidato registrado, para generar una idea, un planteamiento político medianamente inteligente y atendible.

Si hay un dinosaurio de la política que le compite a Beltrones, ese es Dante Delgado. Ambos son políticos muy experimentados y tienen una lectura muy fina de la realidad nacional. Lo que hizo MC en Jalisco y Nuevo León fue realmente encomiable. Sin embargo, esos éxitos no se han podido reproducir en otros estados donde lo que subsiste no es Movimiento Ciudadano sino Convergencia, el viejo partido fundado por Dante, refugio de quienes ya no caben en sus partidos y sólo buscan la sobrevivencia política.

Con todos sus defectos, el triunfo en Jalisco generó una expectativa nacional -que el propio gobernador Alfaro terminó tirando por la borda- de convertir a MC en un partido fresco y moderno con un ideario socialdemócrata. Los egos, los pleitos internos, el chilaquil ideológico, la frivolidad excesiva y el control unipersonal del partido por parte de Dante Delgado -que impuso a su propio hijo como candidato- regresaron a MC a su enanez original. 

diego.petersen@informador.com.mx

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