Ideas

Desigualdad

La celebración de Navidad y Año Nuevo suele propiciar la ocasión para hacer balances, personales y colectivos, morales y materiales, de los logros y tropiezos que enfrentamos en el año que se va, quizás con el válido deseo de mejorar los triunfos y evitar las derrotas. No ajeno a esta costumbre, el que esto escribe se pone el traje oscuro del pesimismo y comienza por contrastar dos realidades extremadamente opuestas: por un lado se supo que un príncipe árabe adquirió la casa más cara del mundo ubicada en París y que otro colega, árabe también, compra automóviles a los que detalla con adornos de diamantes, lo de menos es consignar las cifras con muchos ceros que implica este derroche, al que por cierto tienen derecho, sino afligirnos al saber que al año mueren en el mundo 12 millones de niños por causa del hambre.

Con este drástico, inconcebible y cruel ejemplo ya podremos enterarnos cual es, ha sido y será el origen de todos los males del planeta tierra: LA DESIGUALDAD, trágico y doloroso fenómeno insito a la creación del que se derivan todas las calamidades que la raza humana padece y por consecuencia es, ha sido y será la causa directa de la violencia, de la cobardía, del abuso, de la vileza, en fin de todos los jinetes del Apocalipsis que se niegan a desmontar. Religiones, van, religiones vienen, movimientos políticos aparecen y desaparecen, filosofías sientan sus principios, filosofías quedan en los archivos del olvido, movimientos sociales ocurren, movimientos sociales desparecen, pero la desigualdad no solo tiende a desaparecer sino que se agudiza y enraíza con mayor potencia.

La ciencia, las artes, los avances tecnológicos, los avances humanistas y humanitarios, la filantropía, la solidaridad, los movimientos incluyentes florecen y se fortalecen pero… el bien individual sigue prevaleciendo por sobre el colectivo. Han transitado por la vida grandes y divergentes personajes cuyo potencial intelectual se ha puesto al servicio de la humanidad en afán de dar paz y justicia a la raza humana: Platón, Sócrates, San Agustín, Dante Alighieri, Nietzsche, José Marti, Voltaire, Freud y su contraparte Jung, Cervantes, Víctor Hugo Camus y así “ad infinitum” sabios y pensadores van y vienen y… LA DESIGUALDAD tercamente prevalece. Nos alarman y con razón, la impunidad, la violencia, la corrupción en todas sus modalidades, la crueldad, la discriminación, los feminicidios… pero la desigualdad sigue portando su cara demoníaca.

La desigualdad destruye fronteras no es privativa de uno o algunos países, es un arma letal porque da un poder excesivo a los pocos para someter a los muchos. A la vista, o en nuestras manos, podemos disfrutar de lo que la sabiduría de las mujeres y de los hombres han puesto a disposición de la raza humana, ahí están las muestras de perfección, destreza, habilidad, hermosura, esmero, ornato, excelencia, arte, todo a los pies del poderoso ser de la creación, sin embargo pasan los años, los siglos, los milenios y la desigualdad aumenta; 12 millones de niños mueren de hambre al año mientras príncipes árabes estacionan sus automóviles con rines de diamantes en los estacionamientos de la casa mas cara del mundo.

Tal vez, solo tal vez, la única solución, utópica, ilusoria y fantástica —planteada con todo respeto hacia mis creencias— la única solución digo, será que Dios rediseñe al hombre ajustándose al principio de que estamos hechos a imagen y semejanza de Él. De otra manera la desigualdad seguirá convergiendo con el horror. Felices fiestas.

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