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Desaparecer a los desaparecidos

Jalisco es, como se sabe, el Estado que encabeza el listado de personas desaparecidas en todo el país, y a pesar de esta grave crisis de guerra informal que vivimos el Gobierno del estado va en retroceso a una política eficaz para detener las ausencias forzadas y castigar a quienes cometen el delito de desaparición forzada.

Además de ser un Gobierno ineficaz para detener esta crisis por desapariciones, es insensible ante las demandas y exigencias de las familias organizadas que buscan a sus desaparecidos, como quedó de manifiesto con el insultante comunicado emitido el jueves 9 de junio en el que se descalifica a Héctor Flores, representante del colectivo Luz de Esperanza porque que supuestamente ha mostrado “posturas y acciones hostiles” en los encuentros con los funcionarios públicos con los que se ha reunido y añade que “reiteradamente se ha solicitado a Héctor Flores sostener una relación de respeto en aras de que la atención sea efectiva, sin embargo, esto no ha ocurrido, lo que ha imposibilitado que las familias pertenecientes a esta asociación puedan ser atendidas a cabalidad”.

En más de una década que las desapariciones volvieron a hacerse presentes de manera sistemática en Jalisco, no conozco un precedente de un comunicado público del Gobierno estatal que descalifique así a un representante de un colectivo de familias organizadas que buscan a sus desaparecidos. No tengo duda de que en privado los gobernantes se expresan mal y con descalificaciones a los representantes de estos colectivos, pero no lo habían hecho en público.

Pero jamás lo habían hecho en un comunicado público. Si se lee con detenimiento el texto oficial, está responsabilizando a un padre de familia que tiene a su hijo desaparecido desde el 18 de mayo de 2021 de que el gobierno atienda “a cabalidad” a las 150 familias que integran el colectivo Luz de Esperanza.

A Héctor Flores le arrebataron a su hijo, del mismo nombre, un grupo de hombres armados que se identificaron como miembros de la Fiscalía Estatal. Se llevaron a Héctor Daniel  Flores, a un amigo y a su novia. La novia fue liberada posteriormente Al enterarse de la desaparición, el padre acude a Fiscalía a interponer una denuncia y le dicen que su hijo está en el centro penitenciario de Puente Grande. Pero en la penal le dicen que jamás fue ingresado su hijo.

Desde entonces ha trabajado legal y justificadamente en la búsqueda de su hijo. En octubre del año pasado se fundó el colectivo Luz de Esperanza y ante la falta de resultado, esta organización se ha manifestado y ha tapizado los bolardos y mobiliario urbano con fichas de búsqueda y propaganda para la difusión de los casos de sus hijos y la petición a la sociedad tapatía para que ofrezca información y se solidarice con las familias que los están buscando.

Pero en lugar de ser solidarios y empáticos, desde las sombras, las autoridades han estado retirando la propaganda del colectivo Luz de Esperanza. Primero admitieron que fue el gobierno tapatío y ahora dicen que alguien del crimen organizado está retirando las fichas de búsqueda. De no creerse las explicaciones que ofrece el Gobierno.

Por eso parece que ahora la política estatal se resumen en una estrategia de desaparecer a los desaparecidos: desaparecen las fichas de búsqueda y propaganda de las familias, rasuran las cifras del registro de desaparecidos, no atienden las peticiones de audiencias que plantean las familias y  no hacen partícipes a las familias en las reuniones para relanzar la estrategia de búsqueda en el estado que presentó el gobernador Enrique Alfaro Ramírez en mayo pasado.

El rasurado de cifras de parte del gobierno de Jalisco es un hecho de la mayor gravedad. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas (Rnpdno) Jalisco reporta 14,985, cifra que prácticamente no se ha movido desde que la Fiscalía de Jalisco envió una carga masiva de datos el 25 de marzo pasado en el se rasuraron más de 1,300 casos registros de desaparecidos bajo el argumento que se trataba de duplicaciones, omisión de bajar datos una vez que apareció una persona y otras causas.

Víctor Manuel González Romero, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y ex rector de esta misma casa de estudios, encontró que entre el 1 de mayo y el 8 de junio de 2022 se reportaron en Jalisco cinco personas desaparecidas y no localizadas. En el mismo periodo de 2021 se reportaron 242. Y encontró que de 50 personas reportadas como desaparecidas, entre el 1 de mayo y el 4 de junio de 2022 y hechas públicas en la página de Facebook de la Comisión Estatal de Búsqueda, solamente se enviaron dos fichas a la base de datos del registro nacional, apenas el 4 por ciento. En lugar de asumir la gravedad del problema y admitir que vivimos una grave crisis por desaparición de personas, el Gobierno estatal desaparece a los desaparecidos.

rubenmartinmartin@gmail.com

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