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Con ‘la soga al cuello’ y atizando la protesta

Hoy a la 1 de la tarde, más que hablar de las ‘corcholatas’ en busca de la presidencia de México, de la verborrea matutina desde Palacio de todos los días, de la violencia sangrienta que vivimos o de la encarnizada lucha de los ucranianos por defender su territorio ante la amenaza rusa, los ojos políticos en el mundo estarán centrados en la histórica ‘presentación’ de Donald Trump en la Corte Federal de Miami, donde se iniciará el proceso judicial acusándolo de retener ilegalmente documentos de seguridad nacional.

Pero además del interés en el acontecimiento por el personaje que se ve involucrado y las consecuencias que puedan tener para el protagonista, hay una preocupación, las reacciones sociales por el ambiente que está provocando él mismo y quienes lo apoyan políticamente. Ayer, Trump viajó de Newark, Nueva Jersey, a Miami y antes de subir a su avión particular, vestido a su tradición -con traje azul marino y corbata roja- alentó a  ‘su gente’ -como sucedió aquél el 6 de enero de 2021 en la invasión al Capitolio en Washington-: “Nuestro país tiene que protestar. Lo hemos perdido todo”, y volviendo a repetir lo que dijo hace tres días, que es motivo de “La mayor caza de brujas de todos los tiempos”. Trump actúa como un ‘condenado con la soga al cuello’ y atizando el fuego para la protesta.

Y no solamente Trump ha enarbolado ese argumento de protesta, sino también algunos republicanos, quienes desde que se conoció de la acusación de 37 cargos por parte del Departamento en Justicia han amenazado abiertamente, como fue el caso de Kari Lake, ex candidata republicana a la gubernatura de Arizona, quien el viernes dijo que “Si quieren agarrar al presidente Trump, tendrán que pasar por mí y tendrán que pasar por 75 millones de estadounidenses como yo…y les diré que la mayoría de nosotros somos miembros de la NRA con tarjeta”, haciendo referencia que pertenecen a la Asociación Nacional del Rifle y que por supuesto portan armas con permiso. Y remató su comentario con una frase irónica y ‘sutil’, “esto no es una amenaza, es un anuncio de servicio público”.

Otro republicano y también de Arizona, el congresista Andy Biggs, en un Twitter escribió: “ojo por ojo”, prometiendo simbólicamente la persecución de demócratas, asegundando a Trump, quien en el fin de semana ofreció que en caso de llegar a la Casa Blanca nuevamente “perseguiré a la familia de Joe Biden”, por la posesión también de documentos oficiales confidenciales que le fueron encontrados al presidente y las investigaciones en algunos negocios que hay en contra de su hijo Hunter Biden.

Ayer lunes, los expertos en violencia política con consecuencias sociales, interpretaron estos mensajes como un “acto de guerra” con “lenguaje agresivo y motivacional”, con riesgos de que pueda provocar daño físico, creando una atmósfera peligrosa en la que la idea de violencia se vuelva aceptada, “especialmente si esa retórica no se controla”.

En Miami, ayer el Alcalde Francis Suárez invitó a la gente a manifestarse pacíficamente -como se espera- “a favor o en contra…pero nosotros estamos listos y preparados”, al referirse al monumental aparato de seguridad que se ha implementado alrededor de la Corte Federal.

En el contexto general, las acusaciones están bien fundamentadas, de acuerdo con encuestas reconocidas, dos terceras partes de los ciudadanos opinan que los cargos son serios y bien argumentados, pero hacer cumplir la ley -en este caso- puede tener severas consecuencias sociales si se llegaran a concretar las amenazas o mensajes subliminales que se han manejado. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net 

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