Plan A, B, C, D, E…
Aquí nadie te dice “estamos listos para recibir a los migrantes”. Están haciendo lo que pueden con lo que tienen. Saben que viene la deportación masiva y que no hay espacio suficiente en los albergues. Pero no saben a cuántos va a mandar Trump, ni cuándo los va a expulsar ni por dónde van a llegar.
Ya intuyeron que la Presidenta Sheinbaum -tal como lo hizo su antecesor López Obrador- aceptó convertir a México en ese “tercer país seguro” como se llama oficialmente a la sala de espera de los migrantes.
Un documento elaborado por el Gobierno federal -al que tuve acceso- calcula que en un lapso de tres meses podrían llegar hasta 500 mil migrantes de todas las nacionalidades a través de los distintos pasos fronterizos del país. El documento detalla algunas de las cosas ya reveladas en la mañanera, como que les ofrecerán una tarjeta con dos mil pesos, los empadronarán en una batería de programas sociales y les ofrecerán atención médica en el IMSS. Pero también describe otras medidas de las que no se ha hablado, como que funcionarios de la Secretaría del Trabajo, y en concreto del Servicio Nacional de Empleo, en mancuerna con el Consejo Coordinador Empresarial, vayan presencialmente a los albergues a ofertar puestos de trabajo a los migrantes mexicanos y extranjeros que sean deportados por Trump (empleos de entre cuatro y seis mil pesos).
Paralelamente, en mandos del Gobierno (incluyendo directores generales y directores de área) ya corrió la versión de que están planeando mandar a la frontera a atender la crisis a un buen grupo de funcionarios que viven en la Ciudad de México. Tuve contacto con varios que, off the record, me dijeron que les preocupa no saber qué va a definir si los mandan, durante cuánto tiempo y en qué condiciones los mandarían. “Con eso de la austeridad, son capaces de mandarnos a vivir y comer en los albergues”, dijo uno de ellos. “Nos van a mandar como si fuéramos personal de Migración”, dijo otro. Según sus testimonios, estaríamos hablando de funcionarios de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Bienestar, Trabajo, Hacienda y Economía.
Por separado, trabajadores de la cancillería me compartieron que uno de los planes que se ha dibujado implicaría reorientar todas las plazas congeladas desde el sexenio pasado que están desocupadas en distintas embajadas y consulados de México por el mundo para que se reasignen como puestos de trabajo en los consulados de Estados Unidos y se ocupen con personal de nuevo ingreso que pueda ayudar con trámites y litigios, en una suerte de operación de última hora.
Deduzco que cuando la presidenta Sheinbaum habla de que están preparados “con plan A, plan B, plan C, plan D, plan E…” se refiere a medidas como las recogidas en esta columna: una batería de opciones para reaccionar a lo que haga Trump y la magnitud en que lo haga.
En la frontera, la sensación de alarma cunde.
SACIAMORBOS
Cuentan que por más que se opusieron Coparmex y el Consejo Nacional Agropecuario, terminaron imponiéndose los demás organismos cúpula del empresariado para que se reeligiera Francisco Cervantes al frente del Consejo Coordinador Empresarial.
Pesaron tres factores: su afinidad con la 4T, el decidido respaldo que les dejó saber la Secretaría de Economía y que su interlocución en Palacio ha beneficiado a algunas empresas clave.
El problema era que Cervantes ya no podía reelegirse porque estaría violando los estatutos. Pero los dirigentes empresariales lo solucionaron muy a la 4T. Fue una reelección que no es reelección: oficialmente, se extendió su mandato durante 8 meses.