Autos nuevos para compradores viejos
Cada nuevo auto que sale en el mercado tiene la tarea de conquistar a nuevos clientes y mantener a sus antiguos compradores. No es para nada una tarea sencilla. Una de las mayores dificultades deriva del hecho de que el promedio de edad de los compradores de automóviles es mucho más alto de lo que se puede pensar, mientras que los nuevos “gadgets”, los equipamientos o “trucos” presentes en los nuevos modelos, demandan mayor atención, conocimiento tecnológico y aprendizaje de parte de los consumidores, lo que resulta más complicado cuando los que llenan un cheque para hacerse de un automóvil no son precisamente los más jóvenes.
En Estados Unidos, la edad promedio del comprador de automóviles de 53 años. Esto se explica por el simple hecho de que el dinero para hacerlo llega con la edad, cuando las personas van adquiriendo mejores posiciones en sus trabajos. Pero también es consecuencia de que son los más longevos los enamorados por los automóviles, fruto de generaciones que crecieron sin Internet y sin teléfonos inteligentes. Vamos, la gran mayoría de los que tienen más de 50 años de vida llegó a la edad adulta sin conocer ni siquiera un celular. El auto era la herramienta que le permitía ir a otros lugares, a hablar a sus amigos, encontrarse con ellos en los bares de moda y buscar su pareja en el camino.
Pero los llamados “baby boomers”, quieres nacieron entre 1946 y 1964; ya no son mayoría en Estados Unidos, el país que más que ningún otro impuso la moda de usar automóviles. Ahora son sus hijos con edad entre 19 y 35 años, los llamados “millennials”, los que conforman la mayor base de la población y estos, ya no quieren o necesitan tanto un automóvil como antes. De hecho, muchos lo rechazan por ser políticamente incorrectos. Y ahí es donde está el problema.
Juguetes complicados
Dentro de los que aún compran automóviles, la capacidad de que este se conecte de manera rápida, sencilla y eficiente con sus teléfonos celulares es ya el segundo punto más importante (después de la potencia) en la hora de comprar un vehículo, según Lupita Torres, Gerente de Producto de Ford Lobo, en México. Menos mal que en suelo azteca cerca de 40% de los compradores de autos nuevos son clientes con menos de 35 años de edad, es decir, “millennials”, al menos de acuerdo con un estudio de JD Power hecho en 2014 y publicado por el diario “El Financiero”.
Con la intención de modernizarse y hacer sus productos más atractivos para los adultos del futuro, las marcas llenan los autos de tecnología en que el punto más pedido son pantallas. El detalle es que muchas veces las configuraciones parecen poco sencillas para los mayores, incluso algo irritantes. En el siempre bienvenido tema de la seguridad, por ejemplo, algunas marcas hacen tan intrusivos sus sistemas con alertas sonoras y visuales, que conducir uno de ellos en la Ciudad de México puede generar aún más estrés, aunque sea en nombre de la seguridad. Algunos vehículos hacen vibrar el volante o el asiento del piloto, en un aviso que se agradece, pero también llega a ser irritante.
Hay autos que aún exigen muchos pasos para hacer una simple conexión por Bluetooth entre el teléfono y el sistema de entretenimiento. Otros cuya configuración de los modelos de manejo llegan a casi exigir un curso de ingeniería electrónica. Los sistemas de reconocimiento de voz, que afortunadamente son cada día mejores, aún pueden confundir un simple “llamar a Pedro” con “Llamar a María”.
Según el Instituto de Investigación de Transportación de la Universidad de Michigan, hecho en 2014, es entre las edades de 55 y 64 años de edad cuando el consumidor del país vecino está más dispuesto a comprar un auto nuevo. Por esto, la tentación de poner nuevas tecnologías, más amigables para los “millennials”, debe ser muy medida, porque la mayoría del dinero aún llega de bolsillos más experimentados.