Arqueología prenavideña
Como cada que se acerca la Navidad o la Pascua, la prensa occidental publica artículos más o menos relacionados con esas efemérides; a veces son notas serias, muchas otras son patrañas y elucubraciones. Por estos días, varios periódicos de distintos países han sacado como noticia reciente el descubrimiento, en Nazaret, de “la casa de la infancia de Jesús” (las mejores fotos están en un artículo en inglés*). Además de la proximidad de diciembre, se aprovecha para promover el nuevo libro de quien ha estado al mando de las excavaciones recientes, el profesor Ken Dark, de la Universidad de Reading: The Sisters of Nazareth Convent: A Roman-period, Byzantine and Crusader Site in Central Nazareth.
Hay que señalar que se trata de un arqueólogo respetable y una publicación sólida, aunque no es cierto lo que dicen los periódicos sobre el “descubrimiento” de vestigios de una vivienda del siglo I en el subsuelo del convento de las Hermanas de Nazaret. Ya se había desde finales del siglo XIX trabajado en el lugar, como describe en detalle Renée Desmarais en su minuciosa y documentada tesis (Universidad de Ottawa, 1966).
Por lo general, los arqueólogos desconfían de las tradiciones orales y las leyendas alrededor de lugares importantes, aunque a veces, como en el caso de Troya, las corazonadas de un amateur (o casi amateur) que se guió por las descripciones homéricas acabaron dando con descubrimientos importantes, por más que desde esa época los siguientes trabajos hayan ido corrigiendo las románticas nociones de Schliemann. Claro que hay otros casos en que todo es un enjuague político-publicitario, como el célebre y mexicanísimo ridículo de la profra. y lic. Eulalia Guzmán con los supuestos huesos de Cuauhtémoc (hubo que juntar a tres sucesivas comisiones de profesionales que repetidamente negaron la autenticidad del hallazgo para que por fin se abandonara la peregrina fantasía indigenista).
Lo que ha hecho el profesor Ken Dark en cuanto a sus trabajos en Nazaret es retomar desde 2005 los extraordinarios estudios y planos que hizo entre 1936 y 1964 el jesuita Henri Senès, del Pontificio Instituto Bíblico de Jerusalén, que se reproducen en la tesis de Desmarais, y además utilizar todos los adelantos científicos de que ahora disponen los arqueólogos, que son muchísimos en las últimas décadas.
Lo que existe debajo de la propiedad de las Hermanas de Nazaret es un enorme y complejo enredijo de cuevas, cisternas, vías de agua y restos superpuestos de construcciones desde la época romana hasta el siglo XVIII. Esto lo tuvieron muy claro las monjas desde que llegaron de Francia y se asentaron en Nazaret en 1855. Los primeros planos y dibujos son obra de ellas.
La parte que el profesor Dark considera que es una vivienda del siglo I que pudo haber sido la construida por San José fue primero una pequeña iglesia subterránea que luego se transformó en cripta para sostener una iglesia del siglo IV. Tras la destrucción de ésta, los mahometanos ocuparon la cripta; más tarde los cruzados dejaron huella de su paso, y finalmente las ruinas ya no fueron visibles y sólo la veneración de los lugareños y la tradición oral guardaron fielmente su memoria.
*https://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-8977437