Ideas

Aires derechizantes de la FIL

Pues una vez más gozamos de la FIL, la primera vez sin su creador y promotor, el licenciado Raúl Padilla López, admirado por muchos y repudiado por otros; aunque yo creo que los que lo admirábamos por la Feria lo recordamos con agradecimiento y es loable que su equipo la continuara con la misma calidad y que siga con la cercanía de la Universidad.

Se ha convertido en un sitio para todos y digo para todos. Por ejemplo, bajo el poder de Enrique Peña Nieto, hoy en exilio (bendito sea Dios que tiene sus ahorritos para poder hacerlo), pero que con su desconocimiento de tres libros vino a establecer la cátedra de los tres libros ignorados; y esta semana el candidato Samuel -no me acuerdo su apellido- cambió a uno de los autores de El Federalista, pero no tiene importancia dado que a este candidato no le gustan las exactitudes y así esperaba ser el Presidente más joven, lo que no sería, ya que Miguel Miramón fue Presidente a los 26 años y él ya está mayorcito; también la candidata de otro partido cometió sus pifias, pero “¡ay, qué tiene!”; la candidata oficial mejor que no vino e hizo bien, porque así no se equivocó, a pesar que la invitó ese “alegre joven de izquierda”, como lo calificó el diario El Informador, contra la sabia opinión del señor Presidente, que dijo que este evento era un cónclave de derechistas, con lo que opinó diferente a nuestro diario respecto de Paco Ignacio Taibo segundo.

Yo mismo no sé qué creer, porque las primeras seis o siete ferias era casi imposible encontrar obras que no fueran de un marxismo puro, incluso yo llegué a comprar libros de un marchante que traía publicaciones de la ETA, y hago constar que yo soy militante marxista, pero no de Karl sino de Groucho.

También se celebró un reconocimiento a mi amigo Dr. José María Murià, a quien durante los muchos años de amistad que tenemos y que obviamente comenzó por los libros y que siempre se ha manifestado por los libros y por la admiración que le tengo, me alegra sobremanera y por justicia este reconocimiento a tan connotado historiador.

Lo que no me gusta de la FIL no es culpa de esta sino de mi escasez de dinero, porque los libros en general son caros y los que se pegan a los ojos, más y se sabe que muchas veces si no los adquieres aquí, difícilmente los conseguirás. También, muchas veces más que lectores nos convertimos en coleccionistas de libros, mientras se mantienen los estantes de otros pendientes de leer cada vez más abultados. Y a pesar de que hay quien opine que leer es una costumbre burguesa, pues yo si para leer necesito declararme burgués, pues que me digan dónde se inscribe uno, porque tengo miedo de que los clásicos desaparezcan y perdamos tanto gozo, así que, que viva la FIL.

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