Administr(arte)
Los equipos administrativos u operativos dentro de las instituciones de cultura en el mundo no deberían de ser ajenos al proceso artístico que se desarrolle en ellas. A diferencia de estos organismos, no me parece fundamentalmente importante que en Seguridad o en Salud los burócratas sepan de danza, pintura u ópera aun cuando -sumándome a lo que decía el maestro Claudio Abbado- no se educa a los niños en arte para que sean artistas sino por lo que cada disciplina aporta a un ser humano.
Pero volviendo a los servidores públicos de cultura, deberían -otra vez en mi opinión- formarse cerca o dentro de los proyectos que encabezan e incluso enarbolan. Me explico, generalmente con cada administración se buscan ciertas acciones que en términos administrativos o de resultados de gestión no son tan difíciles de alcanzar si hay la coordinación que se presume: incrementar la asistencia en taquilla, la promoción de artistas emergentes, la provisión o apertura de espacios a creativos, girar a las compañías de la capital al resto del estado. En fin, insisto, estos resultados responden a política cultural y no a una política (si se permite el término) artística de la administración.
En lo que mi memoria aguanta, no ha habido un fin u objetivo artístico ni en la Orquesta Filarmónica de Jalisco, ni en el Ballet de Jalisco, ni en el Coro del Estado, ni en muchas otras instituciones. Se escoge a los directores que por supuesto traen su visión (o su poca visión) porque se confía en los resultados (o pocos resultados) que han dado a lo largo de su carrera y se encarga pues, un proyecto de sexenio cultural, no artístico. La vocación política la escogen las autoridades pero la vocación artística se deja a los funcionarios que comparten tanto un puesto artístico como político.
Yo sueño, pero quizá vivo en una fantasía, en ver como se apantallan menos las autoridades y ven más hacia un mismo rumbo de todas las disciplinas. Yo sueño, pero quizá es una carencia vivida desde el escenario, con ver a las autoridades más preocupadas por conceptos técnicos y vivencias místicas que sucedan que por resolver pendientes y hacer una ovación de pie sin poder explicar por qué. Yo sueño con un conjunto de objetivos reales que resuelvan asuntos artísticos desde los equipos administrativos en las distintas entidades que conforman el cuerpo burocrático de una Secretaría dedicada a promover, garantizar, coadyuvar, proveer y no sé cuántos de estos verbos quepan dentro de su misión. Yo sueño, con un equipo de cultura realmente sensible que no venga impuesto por su historial dentro de un partido o alguna otra administración. Yo sueño, pero creo que cuando despierte, no habrá mucho de esto, sino de lo mismo: grandes resultados, grandes ganancias (para algunos) y grandes proezas cumplidas sin un sustento artístico de verdad. Hay que ver…
argeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina