Acuerdos que no destraban Las Villas
Hace casi dos meses de que el Gobernador Enrique Alfaro anunció el decreto que convertía a El Bajío en Zona de Recuperación Ambiental, y aseguraba que con la venta de las Villas Panamericanas se ponía fin a la historia de “la infamia” que signifcó su construcción hace casi una década, apunté aquí que pese a ese buen deseo, quedaban muchos episodios por escribirse para definir el futuro de lo que fue la sede de los atletas en la justa continental del 2011 y que, luego de eso, se convirtió en un elefante blanco.
Y en efecto, las nuevas páginas de este conflicto aparecieron el martes pasado que se dio conocer el desistimiento de las demandas que desde el 2009 presentaron el Parlamento de Colonias y la Asociación Conciencia Cívica, que encabezan Alejandro Cárdenas y Salvador Cosío Gaona, respectivamente, quienes apenas en septiembre habían criticado la salida que el gobierno estatal estaba dando al tema de Las Villas al venderlas a una desarrolladora inmobiliaria.
Y es que mientras el gobernador aseguraba que los juicios estaban concluidos y no había impedimento legal para la venta del complejo panamericano, los autores de esos litigios, agrupados en estas organizaciones, referían sus litigios en proceso, a los que repentinamente renunciaron el martes.
Por eso los últimos capítulos de este tema se dieron apenas ayer con todas las reacciones a los términos del convenio entre los desarrolladores de la Villa Panamericana y estas organizaciones para retirar los juicios que impedían la vocación habitacional en ese complejo.
Desde la de abogados que acompañaron esas demandas a lo largo de diez años y no se les comunicó del desistimiento, y que atribuyeron a la intimidación gubernamental el fin de estos litigios, hasta los que cuestionaron la verdadera vocación ambientalista de Cárdenas y Cosío, a quienes les reprocharon haber acordado en “lo oscurito”. En su defensa, los promoventes del acuerdo negaron haber sido objeto de intimidaciones, que el proceso de contrucción del acuerdo se dio ante la mediación del Instituto de Justicia Alternativa, y que ante la poca factibilidad de la demolición de Las Villas lo mejor era llegar a un acuerdo que protegiera la zona.
El tema del convenio volvió a tensar la relación del gobernador con el alcalde de Zapopan, Pablo Lemus. Por un lado, el mandatario estatal le pidió al alcalde no polemizar y apoyar los acuerdos, mientras que el Presidente municipal aseguró que hay todavía litigios en curso, y obras pendientes, como añadir cinco hectáreas a la superficie para que se cumpla la densidad que exigen los planes parciales y resolver los problemas hidrosanitarios, que no permiten al Ayuntamiento otorgar los permisos de habitabilidad de las Villas Panamericanas.
Lo dicho, vendrán muchos episodios más de este tema en tanto no se salve la principal demanda y preocupación social que es la de impedir que Las Villas tengan un uso habitacional, justo por la fragilidad ambiental de la zona de El Bajío y el grave precedente que se podría fincar para dar luz verde a cualquier otro proyecto habitacional que amenazaría de muerte esta zona de amortiguamiento de este ecosistema.
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