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Absurda posición de AMLO

El lunes comienza la novena Cumbre de las Américas y es hora que el presidente López Obrador no decide si va o envía al Canciller Marcelo Ebrard. Continúa ‘jugando’ y ‘deshojando la margarita’ a la espera de que la administración Biden decida (?) si va a invitar a los mandatarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Cuestión que sabemos de antemano no va a suceder.

Faltan 72 horas y el presidente dijo en la mañanera de ayer “vamos a esperar la respuesta, no hay prisa”. Con desfachatez agregó que “ya saben cuál es nuestra postura y faltan todavía algunos días. Cuando tengamos información vamos a darla a conocer… pero insisto, no hay prisa, estamos muy cerca, hay varios vuelos afortunadamente a Tijuana y de ahí en carretera a Los Ángeles”.

El presidente condiciona su visita a la reunión y lo toma como si fuera a comprar tortillas; cuando él quiera, como pueda irse y a la hora que decida.

No tiene la menor idea de lo que significa la planeación de una cumbre de esta naturaleza o descaradamente ‘reta’ a la paciencia del presidente Biden.

Según un despacho de este miércoles de la agencia Associated Press, “el presidente quiere personalmente que Lopez Obrador asista a la cumbre por la relación que existe entre Estados Unidos y México”, a pesar que la administración del país vecino ya confirmó que los tres países -que son el centro de la discordia- no están invitados.

Sin embargo, el presidente mexicano continúa ‘llamando la atención’, dando de qué hablar y haciéndose el interesante.

En qué cabeza cabe que por un capricho de condicionar su asistencia, de notoriedad y ‘haciéndose del rogar’ pueda decidir por ‘motu propio’ la fecha en que viaja y como viaja. Cuando un mandatario extranjero llega en visita oficial a territorio norteamericano, queda en manos del Servicio Secreto. Ah, y los detalles de la visita se planean con mucha anticipación, no ‘al cuarto para las 12’ y son ejecutados por ellos mismos los protocolos.

Cuando el presidente de los Estados Unidos viaja o algún mandatario llega de visita, por lo menos con 15 dias de anticipacion los equipos de avanzada del Servicio Secreto estudian los sitios donde estarán para conocer con detalle las rutas primarias, secundarias, lugares de emergencia para las caravanas de los autos, examinan hospitales y elaboran planes de seguridad en los alrededores. Es un minucioso proceso donde a los invitados se les informa, pero no intervienen porque todo es responsabilidad del gobierno estadounidense.

Así que no es solo decir vámonos a Tijuana, cruzamos la frontera, rentamos un carro y nos vamos por carretera a Los Ángeles a la Cumbre, en caso de que nuestro presidente ridículamente así decidiera hacerlo de última hora.

No solamente peca de ingenuo con intencionalidad, sino que desafía y busca provocar tensar más una relación con la Casa Blanca que empieza a molestar en los círculos muy cercanos a la oficina Oval y que puede tener severas consecuencias para nuestro país. Simplemente, absurdo. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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