AMLO logró su objetivo
El jueves de la semana anterior, solamente horas después de que la Cámara de Diputados aprobara un decreto para establecer que la promoción -de servidores públicos- de la revocación de mandato no sea considerada propagando gubernamental, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, apareció en un video con un llamado a los legisladores “a que acaten las reglas que ellos mismos aprobaron”. Simplemente que respeten la ley, porque ”es una falta de respeto a la ciudadanía y se vulneran las reglas”.
Ayer, el decreto que la Cámara había enviado al Senado fue aprobado, determinando que el presidente y en general los funcionarios públicos pueden opinar sobre la consulta del próximo 10 de abril.
Hasta ayer, el artículo 33 de la Ley Federal de Revocación de Mandato, que fue aprobada por el Congreso de la Unión y publicada el 13 de septiembre de 2021, señala que desde la emisión de la convocatoria y hasta la conclusión de la jornada de votación, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación de toda propaganda gubernamental de cualquier orden de gobierno.
Prevalecieron los deseos y caprichos del presidente y su partido, pisoteando las leyes primero y después tomando ventaja de su mayoría legislativa para imponer arbitrariamente sus decisiones.
El no respetar las leyes es la constante, lo normal, lo cotidiano y lo usual en esta administración. Habrá que recordar lo que Mario Delgado, líder nacional de Morena, hizo el lunes pasado, que llamo a los simpatizantes de Andres Manuel López Orador a intensificar la promoción de la consulta de revocación de mandato, a pesar de que la Suprema Corte prohibió a los partidos “difundir o llamar a participar” en la misma. Delgado, ignorando el mandato de la Suprema Corte, convocó al activismo de los seguidores de Morena a difundir el ejercicio electoral, además de culpar a los consejeros del INE de “atacar la manifestación libre y voluntaria” de millones de ciudadanos.
Previa a las decisiones de aprobación de las Cámaras, el bullicio que el presidente y su ‘corte de fanáticos’ funcionarios provocaron con el asunto, ya había logrado con creces sus objetivo de promoción de la revocación. Los miles de comentarios en radio, televisión, periódicos y redes sociales sobre el asunto de la revocación le han dado un lugar dominante en la cotidiana conversación política.
Con anterioridad, con o sin autorización legislativa y pisoteando la ley el presidente consiguió lo que quería. Logró su objetivo. Su estrategia dio excelentes resultados. Desde su púlpito mañanero, con voz lenta, en tono suave, de manera improvisada -muy meditada-, con sus -desesperantes- pausas, hablando y repitiendo lo mismo, además de ‘haciendo como que no oye’ consiguió crear la polémica, ampliar la conversación y difundir lo que la ley le prohíbe. ¿Usted, qué opina?
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