AMLO le ‘jala los bigotes’ al Tío Sam
Si hace algunas semanas se hubiera dicho que estarían juntos en México Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, y Miguel Díaz-Canel, mandatario de Cuba, y desde nuestro país recriminarían a los Estados Unidos por su intervencionismo, se hubiera pensado que eso era altamente improbable.
El gobierno mexicano entonces parecía estar buscando acercarse al de Joe Biden, y tener a Maduro y Díaz-Canel de visitantes pegándole a EU no parecía ser la mejor manera de acercarse al vecino del norte.
Bueno, pues sucedió. El presidente cubano estuvo en el país participando en los festejos con motivo de la independencia y Nicolás Maduro llegó el viernes por la noche y se convirtió en uno de los protagonistas de la reunión de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), que se realizó el sábado.
Por si faltara algo, en los festejos del 16 de septiembre, durante el desfile militar, a alguien se le ocurrió darle un asiento de gayola al nuevo embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar.
Si todos estos gestos se toman en conjunto el mensaje pareciera inequívoco: estamos disgustados con EU.
Algunos pudieran pensar que lo que el gobierno mexicano está haciendo es pintar su raya frente al de Estados Unidos con objeto de que no se critique la actitud de los cuerpos de seguridad en el trato a los migrantes, en donde parece que México le hace el trabajo sucio a los Estados Unidos.
El asunto es que si no somos capaces de entender que existe una relación asimétrica entre México y Estados Unidos, será difícil que se pueda diseñar una estrategia que nos permita sacar ventaja a estar cerca de la economía más grande del mundo.
Esto significa que nosotros necesitamos a Estados Unidos mucho más de lo que Estados Unidos necesita a México.
No sé si haya algún afán de cobrarle a Estados Unidos su indiferencia cuando el presidente López Obrador envió una nota diplomática en mayo pasado reclamando el financiamiento que daba la Agencia Internacional para el Desarrollo de EU a la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, la que fue totalmente ignorada.
En las próximas semanas, todavía vienen eventos en los que podría haber un apaciguamiento o en donde podría exacerbarse aún más esta distancia.
El 27 de septiembre, con motivo de la celebración de los 200 años de la consumación de la Independencia, estará en México el secretario de Estado del gobierno de Biden, Anthony Blinken. Y se coquetea también con la idea de que el presidente López Obrador haga una visita a Estados Unidos en noviembre con motivo de la asunción de México como presidente en turno del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Sería curioso que visitando EU no tuviera un encuentro con el presidente Biden.
No sé qué vaya ocurrir, pero de lo que sí podemos estar seguros es de que la relación con nuestros vecinos del norte va a ser muy compleja en el curso de los siguientes años.