Ideas

* Agonizante

Terminar el Torneo de Apertura como sotanero en la tabla de cocientes, coloca al Veracruz, ipso facto, en la sala de terapia intensiva, convertido en el candidato más viable al descenso al final de la temporada. Haber conseguido una sola victoria y un empate a cambio de seis derrotas desde que José Saturnino Cardozo fue llamado de emergencia para hacerse cargo del equipo, condenaban al que fuera implacable goleador con el Toluca, a lo que ayer se consumó: el cese fulminante.

Después de todo, es la peculiar lógica del futbol: “Si un equipo se muere, el técnico es el culpable”.

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En lo que se revela el nombre del valiente que acepta el reto de levantar del lecho del dolor al agonizante, y en lo que se ve si entre sus dotes de hacedor de milagros y las aportaciones de los jugadores que precipitadamente sean contratados se consigue enderezar el barco que ahora navega a la deriva, se impone repasar la reflexión de que no siempre los que fueron futbolistas sobresalientes alcanzan el mismo nivel como entrenadores.

Franz Beckenbauer fue triunfador en ambas facetas. Zinedine Zidane comenzó con el pie derecho como timonel con el Real Madrid en la temporada anterior; en la actual espera rescatar en la Champions League lo que aparentemente ya no tiene remedio en La Liga. Alfredo Di Stéfano, como timonel, se quedó muy lejos de las alturas que alcanzó como jugador. Diego Maradona ha tenido más de arena que de cal desde que se propuso ser como mentor el crack que fue en la cancha. Pelé, consciente de que había alcanzado la gloria con las manos, prefirió no correr el riesgo de ser, como entrenador, pálida sombra de lo que fue como jugador.

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Sería ocioso hacer un ejercicio similar con respecto a los jugadores sobresalientes en el futbol mexicano, que intentaron descollar como técnicos. “Tuca” Ferretti ha sido el más consistente; Antonio Mohamed va en el camino; Miguel Herrera, a pesar de las zancadillas que a veces le pone su temperamento, va siendo una grata sorpresa como general, después de haber sido simplemente pundonoroso como soldado…

A reserva de que la vida le dé otra oportunidad, es posible que Cardozo, ahora mismo, esté pensando que Goethe —sin ser precisamente un sabio del futbol— no andaba tan perdido cuando dijo que “No todos los caminos están hechos para todos los caminantes”.  

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