Ideas

- Estado fallido

Lo platicaban como chiste:

-El que va ahí es mi compadre.

-¿Cuál de los dos...?

-El de sombrero.

-¿Cuál de los dos...?

-El que va a caballo.

-¿Cuál de los dos...?

¡Bang, bang...!

-El difunto.

-II-

La canción de José Alfredo Jiménez refería que en León, Guanajuato, “No vale nada la vida, la vida no vale nada”. El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP) reporta que 18 ciudades mexicanas se encuentran entre las más violentas del mundo, y que las ocho ciudades que registran, mediante cifras oficiales, el más alto número de homicidios en relación a su número de habitantes, son mexicanas.

La ominosa lista se difundía a nivel mundial mientras los medios nacionales reportaban, para no variar, ejecuciones, enfrentamientos y similares en Guadalupe, Zacatecas; San Juan Parangaricutiro, Michoacán; Colima y Villa de Álvarez, Colima, etc., además de supuestos avances en las indagatorias de la gresca mayúscula del sábado en el Estadio “La Corregidora”, de Querétaro, y de medidas de las autoridades civiles y deportivas para inhibir conductas violentas de los aficionados.

Así como se han publicado rankings de las mejores ciudades de México, por la calidad de los servicios públicos y la seguridad de que disfrutan sus habitantes, ahora se ha difundido el de las ciudades mexicanas cuyos moradores bien podrían ostentarse como sobrevivientes: Zamora, Michoacán; Ciudad Obregón, Sonora; Zacatecas, Zacatecas; Tijuana, Baja California; Celaya, Guanajuato; Ciudad Juárez, Chihuahua; Ensenada, Baja California, y Uruapan, Michoacán.

(En Zamora, dueña de la triste distinción de encabezar la lista, el año pasado se registró una media de 196 homicidios por cada cien mil habitantes).

-III-

Al lado de la lista, el referido CCSPJP sostiene que “México se coloca como el epicentro de la violencia urbana, debido a la política del Gobierno federal, de 'abrazos, no balazos'”. Eso, más la probada incompetencia de las autoridades para esclarecer y sancionar delitos -el 95% de los que se cometen en el país quedan impunes-, evidencian que si el de México no es precisamente un Estado fallido (entendido, según la teoría, como “aquel que no puede garantizar su propio funcionamiento o los servicios básicos a la población por haber perdido el monopolio de la fuerza, tener instituciones frágiles o carecer de capacidades y recursos para satisfacer las necesidades esenciales de sus ciudadanos”), le falta muy poco... por más que el discurso oficial proclame lo contrario.

jagelias@gmail.com

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