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- "Archivo muerto"

Se le tuvo, durante muchos años, como una obra maestra, aunque no se definía si de humor negro o de humor involuntario; se trataba del encabezado de un tabloide de la hoy Ciudad de México: “Lo mataron por la espalda, y no supo quién”…

Salvadas las debidas distancias, es probable que aquel episodio estuviera hermanado con los “macabros hallazgos” que, a razón de varios al día, ocurren en estas “tierras de Dios y de María Santísima”, como las llamaban sus orgullosos moradores en los tiempos en que también era fama que “se amarraba a los perros con longaniza, y no se la comían”.

-II-

El Sistema Nacional de Seguridad Pública, “con información reportada por las Procuradurías Generales de Justicia o Fiscalías Generales de las 32 entidades federativas”, concentra y difunde datos relacionados con la incidencia delictiva, y establece las variaciones que se observan de un mes a otro. En su reporte más reciente señala, por ejemplo, que en Jalisco se cometieron once mil 644 presuntos delitos durante el pasado mes de marzo; que la cifra media fue de 137.1 delitos por cada cien mil habitantes; que de febrero a marzo hubo un incremento de 22.7% en la cifra de delitos registrados (sin dejar de considerar que en México, según estadísticas del INEGI, 93.2% de los delitos no se denuncian o no se investigan).

La misma dependencia señala que en marzo se registraron 212 homicidios dolosos en la entidad, para un promedio de 6.83 diarios… aunque debe considerarse que en este capítulo también hay un subregistro, puesto que una es la cifra de cadáveres con huellas de violencia que día con día se encuentran abandonados en lotes baldíos, brechas, carreteras vecinales o barrancos, otra es la de las osamentas o fragmentos encontrados en las fosas clandestinas que ocasionalmente se descubren… y otra los que aún no se han descubierto, y los que probablemente han sido denunciados por sus familiares como desaparecidos -hay más de 20 mil casos en Jalisco- pero casi seguramente jamás se descubrirán.

-III-

Lo más desmoralizante, para el ciudadano común, es saber que las policías solo podrían evitar esos crímenes si tuvieran una bola de cristal para anticiparse a ellos, y que las autoridades supuestamente encargadas de “esclarecerlos” difícilmente van más allá de la identificación de las víctimas (y no todas, por cierto) y de levantar “carpetas de investigación” condenadas a convertirse en “archivo muerto”… por no decir basura, con todas sus letras.

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