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- Aguas Negras

Un día de tantos, a principios de su administración, “la nota” en la prensa local consistió en que “el gobernador se subió al camión”… Lo que probablemente hizo con cierta frecuencia como estudiante, se convertía en noticia, ya como gobernante, porque, aunque iba escoltado por un séquito de achichincles, reporteros y fotógrafos, el gesto era, supuestamente, señal de su interés por constatar personalmente las condiciones en que opera el transporte público, y del compromiso personal y de su gobierno por mejorarlo.
Por supuesto, ni el ejercicio se volvió sistemático… ni tuvo, sobre todo, la utilidad práctica deseable, puesto que no se aprecia, ya casi al final de su administración, ninguna mejoría significativa en ese rubro.

-II-

La promesa de reestructurar, en los seis años de su Gobierno, ese servicio público, esencial en la vida cotidiana de millones de ciudadanos, particularmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, quedó en la cacareada mutación del esquema del “hombre-camión” al de la “ruta-empresa”. Pura faramalla burocrática. Puro rollo… En la práctica, nada que se traduzca en que los habitantes de Guadalajara y municipios conurbados tengan, en efecto, el servicio digno y eficiente que demandan… y que sus gobernantes les han prometido.

La crisis más reciente (la muerte de una estudiante de la Universidad de Guadalajara, atropellada por un autobús urbano, y las protestas -incluidas las marchas de ayer- que de ahí se derivaron), generó reacciones masivas. Tanto en las redes sociales como en las consultas metódicas realizadas con ese motivo, hubo consenso: el transporte público sigue siendo calamitoso; las rutas no han experimentado la transformación que las vuelva más eficientes; de hecho, las obras de la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano han servido de pretexto para explicar -que no justificar- el notorio deterioro de la calidad del servicio; las unidades denotan desaseo y descuido sistemático; los conductores siguen acusando los perniciosos efectos, por una parte, de un esquema laboral inhumano, que los somete a una fatiga y un estrés que les impide, vía de regla, tratar a los pasajeros con las consideraciones y la cortesía deseables; por la otra, de las condiciones, caóticas con demasiada frecuencia, del tráfico citadino…

-III-

Las acciones de la autoridad, meramente reactivas, a raíz de las protestas estudiantiles derivadas de la más reciente tragedia, serán, en la práctica, el vaso de agua limpia que se incorpora a un barril de aguas negras. El resultado de la mezcla seguirá siendo… un barril de aguas negras.

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