Estos 4 hábitos te llevarán a una dieta antiinflamatoria, clave para evitar el cáncer
Una dieta antiinflamatoria no es una solución mágica, pero sí un pilar clave para mantener un estilo de vida saludable y prevenir enfermedades como el cáncer
La inflamación crónica es un factor de riesgo vinculado al desarrollo de diversas enfermedades, incluido el cáncer. Aunque la inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante infecciones o lesiones, cuando se vuelve persistente puede dañar células y tejidos, favoreciendo el crecimiento de tumores. Una forma efectiva de combatirla es a través de la alimentación. Aquí te presentamos cuatro hábitos clave para adoptar una dieta antiinflamatoria que no solo protege tu salud, sino que también puede ayudar a prevenir el cáncer.
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1.- Incorpora alimentos ricos en antioxidantes
Los antioxidantes son compuestos que ayudan a combatir el daño celular causado por los radicales libres, moléculas inestables asociadas con la inflamación crónica y el desarrollo del cáncer. Para obtener antioxidantes en tu dieta:
- Consume frutas y verduras coloridas: Espinacas, arándanos, zanahorias, tomates y pimientos contienen antioxidantes como la vitamina C, betacarotenos y flavonoides.
- Añade especias antiinflamatorias: El jengibre y la cúrcuma son poderosos aliados gracias a su capacidad para reducir procesos inflamatorios.
2.- Reduce el consumo de alimentos procesados y azúcares refinados
Los alimentos ultraprocesados y ricos en azúcares añadidos contribuyen a la inflamación al promover picos de glucosa en sangre y la producción de compuestos proinflamatorios. Evitar estos productos no solo reduce la inflamación, sino que también ayuda a mantener un peso saludable, otro factor crucial para prevenir el cáncer.
- Opta por cereales integrales en lugar de harinas refinadas.
- Cambia los refrescos y bebidas azucaradas por agua con infusiones naturales o té verde.
3.- Incluye grasas saludables en tu dieta
No todas las grasas son iguales. Mientras que las grasas trans y saturadas promueven la inflamación, las grasas saludables tienen el efecto contrario y son fundamentales para prevenir enfermedades.
- Consume ácidos grasos omega-3: Presentes en pescados como el salmón, la sardina y la trucha, así como en semillas de chía y linaza.
- Usa aceites vegetales saludables, como el aceite de oliva extra virgen, que contiene polifenoles con propiedades antiinflamatorias.
- Añade un puñado de nueces o almendras como snack diario.
4.- Elige proteínas magras y de origen vegetal
Las fuentes de proteína que consumes también influyen en los niveles de inflamación de tu cuerpo. Reducir la ingesta de carnes rojas y procesadas (como embutidos) es clave, ya que están relacionadas con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer.
- Cambia las carnes rojas por pescados grasos o legumbres, como lentejas, garbanzos y frijoles.
- Incluye más tofu, tempeh y quinoa, ricos en proteínas de origen vegetal.
- Añade huevos y aves de corral en porciones moderadas como alternativa.
Una dieta antiinflamatoria no es una solución mágica, pero sí un pilar clave para mantener un estilo de vida saludable y prevenir enfermedades como el cáncer.
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