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El enojo afecta al corazón, estómago y cerebro de formas que NO te esperabas

Lo mejor es aprender técnicas de relajación que permitan disminuir y controlar el sentimiento de enojo cuando este se suscite 

El enojo no tiene que ser una emoción reconocida como negativa, siempre y cuando se sepa manejar y no sea ella la que te maneje; se le conoce como una emoción primaria que es muy común experimentar en nuestro día a día, sin embargo se convierte en un problema cuando es frecuente e intenso el sentimiento de enojo. 

No solo afecta nuestra mente y relaciones interpersonales, hay órganos que se dañan con nuestro enojo, entre ellos destaca el corazón y el sistema gastrointestinal. 

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¿Cómo afecta el enojo nuestra salud general?

Según el Journal of the American Heart Association, el enojo puede aumentar el riesgo de padecer un ataque cardíaco; los investigadores analizaron el enojo, la tristeza y ansiedad para descubrir cómo afectaban al corazón, la respuesta fue que el flujo sanguíneo en las personas molestas fue "peor" que el de aquellos tristes o ansiosos, ya que sus vasos sanguíneos no se dilataron adecuadamente. 

Así se sugiere que el enojo puede dañar las arterias con el tiempo, lo que evidentemente puede desencadenar en un episodio cardíaco. Daichi Shimbo, profesor de medicina en la Universidad de Columbia sostiene en su estudio "insultos crónicos" que las arterias de desgastan a tal grado que podrían dejar a una persona vulnerable a enfermedades del corazón si se enoja con frecuencia. 

De igual modo el sistema gastrointestinal se ve afectado con el enojo, ya que al encontrarse en ese estado se generan proteínas y hormonas que aumentan la inflamación, la cual se puede convertir en crónica e incrementar el riesgo de varias enfermedades. 

El sistema nervioso simpático, o “sistema de lucha o huida”, también se activa durante episodios de enojo, desviando el flujo sanguíneo del intestino hacia los músculos principales. Por el último el cerebro experimenta la liberación de las obvias hormonas del estrés cuando nos enojamos, las cuales corren rápidamente por el torrente sanguíneo; un alto nivel de dichas sustancias puede provocar daños en las células nerviosas en la corteza prefrontal y el hipocampo. 

Como consecuencia la capacidad de tomar decisiones, prestar atención y la función ejecutiva se ven comprometidas llegando incluso a afectar la memoria, por último el hipocampo puede perder la capacidad de aprender y retener información con agilidad. 

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BB
 

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