Estilo

Ford Mustang 2024: Todavía despierta pasiones

Cuando no hay cómo ni por qué cambiar radicalmente, una evolución es suficiente

El icono de la década de los 60 llega a su séptima generación. Con ello el Mustang confirma su capacidad de conquistar corazones de los fanáticos de los autos desde que llegó al mercado, en 1964. Ahora se renueva, mejora y muestra que está listo para seguir su brillante carrera.

Los cambios son relativamente sutiles por fuera, con faros de mirada intrigante y que, gracias a los leds, son también divididos en tres partes, como las calaveras. Éstas ahora son también divididas horizontalmente por una hendidura en la parte central de toda la trasera del auto. El EcoBoost, con sus 4 cilindros y turbo, sólo comparte los faros con el V8, aunque si los ponemos lado a lado y será difícil creer en esto. La silueta, claro, es la tradicional del Mustang, con el cofre largo y la trasera corta.

Por dentro los acabados mejoran ligeramente sobre los anteriores, con plásticos un poco más cuidados y algunos forrados de material acojinado. Pero lo que domina el interior son las pantallas, la del cluster digital al frente del piloto y la central. Ambas, obviamente, pueden configurarse, incluso para que, digitalmente, se parezca al Mustang Fox Body del pasado.

Hay un nuevo juguete opcional que se llama “Drift Mode”. Es un freno de mano electrónico, que se activa jalando una palanca que emula un freno de mano tradicional de chicote. Es raro operarlo y se siente algo así como tomar una cerveza sin alcohol, pero funciona para patinar el auto.

Destacan algunos forrados de material acojinado y dominan las pantallas. ESPECIAL
La versión coupé tiene una notable menor rigidez de torsión de la carrocería respecto de la convertible. ESPECIAL

Motores y desempeño

El EcoBoost usa una máquina de cuatro cilindros, con 2.3 litros, turbo, 315 HP y 350 libras-pie de torque. Es un coche rápido, estable, que puede ser muy divertido. Piense en él como un coupé y entenderá que es de las opciones más interesantes en esa categoría. Pero, en esencia, no es un Mustang. Al menos no en el sentido histórico. No es el que tu vecino te despierta con el ruido del motor en la mañana, ni el que llega al siguiente semáforo antes que los demás. Aunque tampoco será el último. Es un coupé para los que quieren gastar un poco menos de gasolina o para mercados como Europa o Japón. Pero para cerca de 35% de los estadounidenses, es suficiente, o al menos eso espera Ford que sea.

El verdadero Mustang, claro, sigue siendo el V8. Con sus 5.0 litros, ahora tiene 480 HP (486, con escape activo) y 500 en el Dark Horse. Gracias a sus 430 libras-pie, acelera fuerte y suena divino. Ese sonido puede, si se quiere, ser aplacado para no molestar a los demás o escucharse remotamente, con presionar un par de botones en la llave.

La dirección eléctrica es rápida y comunicativa. Los frenos, que pueden ser Brembo, muerden duro a los discos. La suspensión independiente lo mantiene agarrado al piso en las curvas. Pero el que quiere desempeño real preferirá el coupé sobre el convertible, por la notable menor rigidez de torsión de la carrocería.

El Mustang 2024 sigue como lo que siempre fue: atractivo, rápido y poco refinado, pese a eso, o tal vez debido a ello, se ha mantenido con vida, mientras que Camaro y Challenger desaparecen o, pecado mortal, se vuelven eléctricos.

Sergio Oliveira/Arcadia, California

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