Ford Mustang 2024: Los doctores deberían recetar manejarlo
Si disfrutas conducir, este coche hará bien a tu salud mental
Los días de escuchar rugidos de motores se han ido apagando poco a poco. Ahora, las marcas optan por fabricar vehículos eléctricos o híbridos, en el mejor de los casos, con algún motor pequeño turbocargado… Pero no para Ford, pues esta semana nos deleitamos con la prueba de manejo del ahora único pony car que se vende en nuestro país, el Mustang GT. Con V8, obviamente.
Los cambios estéticos fueron sutiles, pues la silueta es prácticamente la misma que la generación pasada. Sólo que ahora hay ciertos retoques en lugares clave, como la fascia delantera, que presume más entradas de aire que ayudan a refrigerar el motor coyote. En los costados, a un ojo no entrenado, parecerá igual, pero los “hombros” del Mustang son más pronunciados, como si de un body kit se tratara. Donde no habrá duda que nos encontramos en una nueva generación, será en la parte trasera. Aunque el vehículo mantiene sus tres líneas verticales características de Mustang, éstas ahora tienen una hendidura pronunciada, asemejando al mítico Shelby de 1968. En la tapa de la cajuela también tendremos esa hendidura, completando la parte trasera con un aspecto más dinámico, como si el coche estuviera en movimiento, aunque esté estacionado.
Refinamiento
La mayor evolución, sin duda, está al abrir la puerta. La selección de materiales ha tenido un gran aumento de calidad.
Casi cada panel que esté al alcance de tus manos será de plástico forrado de piel y lo notarás al instante. Claro, si no te dejas opacar por la gran pantalla de 25 pulgadas que integra el sistema de infoentretenimiento y el clúster digital, el cual es configurable en todo sentido.
Desde una amplia selección de colores, modos de manejo y ruido del escape, hasta distintos tableros que priorizan las revoluciones o si quieres sentirte en los ochentas, un homenaje al clúster análogo del Mustang Foxbody del 87, esa pantalla te consiente.
Ya sea en éste o cualquier modo de tu preferencia, al encender el auto (más cuando está frío) te pondrá una sonrisa de oreja a oreja, pues el rugir del motor coyote 5.0 litros es un placer a cada acelerón. Tal vez tus vecinos no opinen lo mismo, pero también hay modo silencioso.
En este caso en particular, tuvimos la oportunidad de probar la versión con caja automática de 10 velocidades. Y claro, para los amigos entusiastas tal vez sea un sacrilegio. Pero en la práctica real, con tráfico, embotellamientos y calles lentas, vaya que agradeces tener una transmisión como ésta.
Una vez que el tráfico se esfuma y tienes la oportunidad de acelerar 100 metros, los 486 caballos de fuerza te harán pegarte al asiento y divertirte como un niño chiquito. Lo mejor ahora es que no tendrás que preocuparte (tanto) porque el coche decida irse de lado. Las excelentes asistencias al manejo y la mejor distribución de peso harán que vayas muy seguro al volante.
El conjunto de tener un coche potente, bonito, de buenos acabados y aparte seguro, tiene un precio a pagar. La versión GT con motor V8 y caja automática tiene una etiqueta de un millón 280 mil pesos. ¿Los vale? Depende de qué tanto valores tu sonrisa… Y tu salud mental.