El arte de dormir bien
Recuerda que las ocho horas de sueño son esenciales para aprovechar tu día, ¡conoce los beneficios!
El sueño es una de las actividades más importantes de nuestra vida. En promedio, una persona debe tomar, por lo menos, de siete a ocho horas de sueño. Las personas de 20 a 30 años deben descansar, mínimamente, siete a seis horas, y así estar preparados para las jornadas del día a día.
Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz. Bajo esta premisa, doctores, especialistas y herramientas buscan que las personas conozcan los beneficios que trae para la salud el descansar bien y de manera adecuada.
El sueño una actividad muy importante para nuestra salud, por ello es necesario asegurarnos de que estamos durmiendo bien. Algunas estrategias para mejorar la calidad del sueño incluyen tener un buen colchón y almohadas cómodas, mantener la habitación oscura, silenciosa y a una temperatura agradable, establecer horarios fijos para acostarse y levantarse, abstenerse de consumir alimentos y bebidas estimulantes conforme se acerca la hora de dormir y tener una rutina de relajación que le mande a nuestro cerebro la señal de que es hora de terminar el día y descansar.
Cuando no dormimos bien, se nota: nos sentimos más irritables, cuesta trabajo sentirnos motivados y podemos cometer errores importantes por descuidos. Esto se debe a que el sueño tiene diversas funciones, tales como conservar energía, promover la plasticidad cerebral, ayudar al cuerpo a reponerse a sí mismo, dado que funciones restaurativas como el crecimiento muscular, la reparación de tejidos, síntesis de proteínas y la liberación de la hormona del crecimiento ocurren mayormente durante el sueño.
Aquí te damos algunos consejos de cómo mejorar algunos hábitos de higiene y ponerle fin a cualquier trastorno del sueño que puedas tener.
Frecuentemente estamos tan enfocados en lograr nuestros objetivos personales o resolviendo los problemas del día a día que nos olvidamos de las cosas que realmente necesitamos para funcionar: comer saludablemente, mantenernos hidratados, hacer ejercicio, tener contacto con nuestros amigos y familia y, muy importante, descansar adecuadamente.
● No realizar actividades físicas de importancia en las últimas horas de la noche: como gimnasia o deportes.
● No consumir alimentos que puedan interferir con el sueño: tabaco o bebidas con cafeína.
● Separar las comidas principales de las horas de sueño, para no intentar ir a la cama mientras aún se está llevando a cabo la digestión.
● Utilizar la habitación como un espacio de descanso. no para leer, estudiar ni comer: el cerebro asociará la habitación con el descanso y al entrar en el dormitorio los procesos cerebrales del sueño comenzarán a prepararse.
● En caso de no poder dormir en los primeros minutos, no realizar ninguna actividad que pueda causar desvelo, ni inquietarse: Mantener una posición cómoda y relajada, los ojos cerrados y en silencio.
El reto es enorme, no cabe duda de que habrá altibajos en los patrones de sueño, sin embargo, esperamos que estos consejos ayuden a las personas a aspirar a dormir entre siete y ocho horas por noche para que la mente y el cuerpo pueda aprovechar los beneficios de un sueño reparador.
Con información de TILA
AA