Tokio 2020: Recibimiento hostil a Thomas Bach
El presidente del COI vive las dos caras de la moneda en Japón
Contrastes. El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, tuvo un recibimiento agridulce ayer en su visita a Hiroshima para conmemorar el primer día de la llamada Tregua Olímpica.
Una visita de este tipo habría sido rutinaria antes, pero los Juegos Olímpicos arrancarán la próxima semana en un Tokio bajo estado de emergencia y con una parte importante de la población en contra de su celebración en plena pandemia del coronavirus.
El vicepresidente del COI, John Coates, visitó también ayer Nagasaki, la segunda ciudad alcanzada por una bomba atómica estadounidense en 1945.
Bach y Coates se han reunido a diario con funcionarios japoneses, desde el primer ministro, Yoshihide Suga, a la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, repitiendo el mensaje de que la cita olímpica será “segura”. En Hiroshima, Bach estuvo acompañado por Seiko Hashimoto, la presidenta del comité organizador de Tokio 2020.
Los Juegos, que ya se demoraron 12 meses por la pandemia, se disputarán casi sin público. Hace varios meses se vetó la presencia de aficionados extranjeros, y la semana pasada Tokio y tres prefecturas cercanas prohibieron la asistencia de los locales. Se espera que sólo unas pocas sedes periféricas admitan a un reducido número de fanáticos.
Bach dijo que hay “cero” riesgo de que los deportistas de la Villa Olímpica de la Bahía de Tokio contagien a los japoneses o a otros residentes.
Un grupo de 11 colectivos pacifistas y antiolímpicos enviaron una carta a la ciudad a principios de semana para mostrar su oposición a la vista de Bach. Por otra parte, una petición online en contra del acto recopiló 70 mil firmas.
Bach depositó una corona de flores y guardó un minuto de silencio bajo la lluvia frente al Memorial a las víctimas de Hiroshima. Se podían escuchar las débiles voces de los manifestantes, que estaban lejos de la zona, gritando “¡Vete a casa Bach!” y “¡No es bienvenido aquí!”.
Docenas de manifestantes fueron vistos cerca de la Cúpula de la Bomba Atómica con carteles con lemas como “Cancelen los Juegos Olímpicos” y “Bach, no”.
“Debe entender que no es bienvenido aquí”, dijo una manifestante hablando por un megáfono.
“La situación del COVID-19 está empeorando, no ha terminado, y me pregunto por qué tiene que seguir adelante”, afirmó Sayuri Yamada, quien se identificó como trabajadora de la salud, pero no estaba entre los manifestantes.
“Desaparece” pesista ugandés
Las autoridades locales buscaban ayer Julius Ssekitoleko, a un deportista de Uganda, quien fue reportado como desaparecido en el Oeste de Japón, un caso que suscita dudas sobre los controles de los organizadores de los Juegos Olímpicos a los competidores en medio de las preocupaciones por el coronavirus.
El pesista de 20 años entrenaba como parte de un equipo de nueve ugandeses en Izumisano en la prefectura de Osaka, informaron las autoridades de la ciudad.
Compañeros de la delegación notaron que Ssekitoleko no se encontraba en las inmediaciones al mediodía de ayer, cuando su muestra de saliva para las pruebas de COVID-19 no fue entregada y encontraron su habitación de hotel vacía, de acuerdo con las autoridades.
No hubo entrenamiento ayer por la mañana y él fue visto por última vez en su habitación durante las primeras horas.
Tras no poder encontrarle dentro del hotel, el personal notificó a la Policía para emprender una búsqueda más amplia.
Reportes de los medios dieron cuenta que Ssekitoleko no cumplió con los estándares para Juegos Olímpicos en el ranking internacional más reciente, debía volver a su país la próxima semana. La agencia noticiosa japonesa Kyodo publicó que el pesista dejó una nota en la que mencionó que quería quedarse y trabajar en Japón.