Inicia V Bienal Mario Vargas Llosa recordando a Raúl Padilla
En la inauguración, Ricardo Villanueva, rector de la UdeG, calificó a Padilla López como "La mente más brillante en 230 años de historia de esta universidad"
Comenzó la V Bienal Mario Vargas Llosa: Literatura para tiempos recios, este año en memoria de Raúl Padilla López, quien fue recordado en el evento inaugural este jueves 25 de mayo por la tarde, en la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas, como "uno de los grandes promotores culturales de nuestro tiempo" por el propio Vargas Llosa, en la declaratoria inaugural.
El evento, que se celebrará del 25 al 28 de mayo en tres sedes -el CUCEA, el Paraninfo Enrique Diaz de León y el Conjunto Santander de Artes Escénicas-, es organizado por la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Feria Internacional del Libro (FIL), la Cátedra Vargas Llosa y la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el Premio Nobel peruano.
Memoria y homenaje
En la inauguración, Ricardo Villanueva, rector de la UdeG, calificó a Padilla López como "La mente más brillante en 230 años de historia de esta universidad", enumeró buena parte de los proyectos que hoy constituyen su legado -como la FIL y el FICG-, una herencia "que permanece vigente en los espacios que con su genio supo crear".
Marisol Schulz, directora de la FIL, aludió a los "tiempos recios" como tema de la Bienal, a los que se sumó "la inesperada y dolorosa partida de Raúl Padilla", y pidió a los asistentes -cerca de 700 personas en la Sala 2- "celebrar su vida y obra", para recordar también que "consideraba la cultura como elemento indispensable para lograr mejores sociedades".
Vargas Llosa
Por su parte, el Premio Nobel de Literatura en 2010, alabó la iniciativa de Padilla López al crear la FIL, un evento que "rebasa el ámbito de nuestra lengua"; además, afirmó que "gracias a su visión y tenacidad" atrajo a notables colaboradores y "fue capaz de situar a Guadalajara en el centro de la cultura universal".
Asimismo, no evitó aludir a los "tiempos recios" por los que pasa "un mundo convulso, sacudido por guerras y amenazado por autoritarismos" que han hecho "mucho daño en América Latina"; a ello agregó que si "la libertad no pasa por buen momento, la afirmación de la cultura se hace necesaria" y por eso la bienal que lleva su nombre es "un encuentro en defensa de valores que están venidos a menos".
La conversación
Después del acto protocolario, tuvo lugar la charla entre los seis nominados al Premio de Novela de la Bienal, la cual fue conducida por la periodista peruana Rosa María Palacios.
En este contexto, las novelas finalistas son "Salvo mi corazón, todo está bien", de Héctor Abad Faciolince (Colombia); "Qué hacer con estos pedazos", de Piedad Bonnett (Colombia); "Ceniza en la boca", de Brenda Navarro (México); "El invencible verano de Liliana", de Cristina Rivera Garza (México); "Obra maestra", de Juan Tallón (España) y "El peso de vivir en la tierra", de David Toscana (México), las que optan por el galardón que se anunciará el 28 de mayo próximo en el Paraninfo Enrique Diaz de León, durante la clausura de la Bienal.
Historias y libertad
Ennla charla, el español Juan Tallón se refirió a la polémica desaparición de una escultura de 38 toneladas que desató su idea de contar una historia con "73 narradores" donde sólo repite intervención el escultor, "donde el desorden temporal toma forma en la reconstrucción".
Cristina Rivera Garza destacó los eventos "que debieron conjugarse para escribir esta historia", el feminicidio de su hermana y una pesquisa judicial que desentraña "un archivo de los afectos" e intenta reconstruir y respetar "la voz" de la protagonista.
Piedad Bonnet, en su oportunidad, destacó que "la cotidianidad es el tema de toda mi obra" y en esta novela quiso contar "la experiencia catastrófica de remodelar una cocina" para profundizar "en las relaciones familiares".
Su compatriota, Abad Faciolince, se refirió a su protagonista, un cura cinéfilo y melómano que enferma y es cuidado por "dos mujeres sin marido", el cual descubre lo esencial del toque físico "en la Medellín de los setenta" y su contexto violento, para hacer así "una novela sobre la bondad" y el amor, que "es siempre irremediable".
Brenda Navarro, asimismo, describió en su libro la historia de "migración" y "tránsito" donde una mujer no se sobrepone al suicidio de su hermano y pone en evidencia las distintas violencias a las que se somete el lenguaje para describir estas situaciones de dolor.
Finalmente, David Toscana dijo partir "de don Quijote, el personaje más libre del mundo" para mostrar a un grupo de imaginativos personajes que, buscando viajar al cosmos, se asumen personajes rusos de las grandes historias de Tolstoi, Dostoievski, Babel, Bulgakov y muchos más, aseverado que "la literatura no es evasión sino una experiencia que nos ocurre".
MF