Cultura

Le Corbusier, ícono de la arquitectura

Este fue el camino que lo llevó a ser uno de los referentes de la modernidad en distintos ramos como el arte y el diseño  

La historia de la arquitectura tiene un nombre indiscutiblemente importante al hablar del siglo XX: Le Corbusier. Nacido en 1887 como Charles-Édouard Jeanneret, el arquitecto y artista de origen suizo falleció un 27 de agosto, en 1965: a poco más de medio siglo de su muerte, su legado sigue vigente al haber sido uno de los pioneros de la arquitectura moderna.

Francófono de Suiza, sus intereses tempranos lo llevaron a estudiar arte en La Chaux-de-Fonds, urbe industrial en la que pasó su infancia. Fue allí donde entró en contacto con la arquitectura, que aunque no estudió de lleno formalmente se convertiría en su profesión (sin abandonar las artes plásticas).

Guiado por su mentor, René Chapallaz, a los 18 años hizo sus pininos en la construcción con la Villa Fallet. Muy pronto buscó ensanchar su mundo y se embarcó en su primer viaje al extranjero, en el que visitó las ciudades con mayor movimiento artístico en los países vecinos en Europa, como Viena y Florencia, primero, y yendo más allá hasta los Balcanes, Grecia y Turquía años después.

Tras los años de formación empezó su carrera profesional, que a largo plazo se convirtió en un ejemplo del arquitecto como un protagonista de la discusión pública. Hay momentos en su historia personal en los que la polémica estuvo presente, como en los años treinta cuando elogió primero al régimen alemán y más tarde al gobierno colaboracionista francés (habiéndose nacionalizado francés en 1930).

Además de la arquitectura y la pintura, Le Corbusier hizo muebles de diseño (identificables por sus estructuras tubulares), trabajó en el urbanismo y en la teoría de la arquitectura. Su faceta como autor, a la par de la teoría, incluye una veintena de obras, entre las que también suma entrevistas, ensayos e incluso poemas (como su famoso “Poema del ángulo recto”, libro que acompañó con pinturas). Su aporte a la arquitectura está reconocido por la Unesco, que enlista 17 de sus obras dentro del Patrimonio de la Humanidad. Las obras elegidas por la Unesco se encuentran en siete países: en general el arquitecto trabajó en muchos países de Europa, además de Estados Unidos, Sudamérica, India y Japón.

Hitos de Le Corbusier

—Luego de la primera construcción escolar, hecha junto con sus compañeros, a los 25 años hizo la casa para sus padres. El diseño es sencillo pero revolucionario: cuatro pilares que sostienen la estructura, que al interior cuenta con ligeras paredes divisorias movibles. Esta característica genera en el lugar una facilidad para distribuir el espacio de maneras diferentes, al gusto. Al igual que muchas otras de sus obras, esta es también un sitio de peregrinación para los amantes de la arquitectura.

—Junto con su primo abrió en 1922 un despacho en París. Uno de sus proyectos (aunque rechazado) fue el diseño urbanístico de la capital francesa, con la vocación de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. La idea central se ha podido replicar en otras urbes: edificios altos (estructuras de acero) con parques alrededor.

—Cité Frugès de Pessac: uno de sus íconos reconocido por la Unesco, esta obra habitacional constó en un inicio de 70 casas, destinadas para los trabajadores de Pessac. El proyecto se realizó en 1926.

—La capilla de Notre-Dame du Haut: Construida entre 1950 y 1954 en Ronchamp, Francia, este espacio sacro para el catolicismo es un conjunto arquitectónico ubicado en una colina. El arquitecto dotó al exterior de unas curvas que combinan con el paisaje de una manera muy particular. Otra peculiaridad es la diferenciación en sus lados, creando una experiencia diferente para el visitante según su punto de vista. Como extra, una de sus puertas está pintada artísticamente, obra también de Le Corbusier.

—Inaugurado en 1967, el Pabellón Le Corbusier se encuentra en Zúrich, Suiza, como un homenaje al arquitecto. El proyecto fue impulsado por Heidi Weber desde 1960, cuando aún vivía el homenajeado. La idea del promotor era tener un recinto diseñado por el mismo Le Corbusier, que alcanzó a perfilar los planos (es su último edificio).
 

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