Gobierna tus emociones
El escritor y psicoterapeuta escocés relaciona la filosofía con la psicología para la superación personal en su más reciente publicación literaria
I
El emperador muerto
Es el año 180 d.C. mientras otro invierno largo y difícil se acerca asu fin en la frontera norte, el emperador romano Marco Aurelio yace agonizante en su campo militar en Vindobona (hoy en día Viena). Hace seis días fue golpeado por una fiebre y los síntomas han empeorado con rapidez. Para sus médicos, es claro que se encuentra a punto de sucumbir a la gran peste antonina (posiblemente una cepa de la viruela), la cual ha azotado al Imperio durante los últimos 14 años. Marco tiene casi 60 años y es físicamente frágil, todos los signos muestran que es muy poco probable que se recupere. Sin embargo, a los médicos y cortesanos presentes les parece extrañamente tranquilo, casi indiferente. Se ha estado preparando para este momento la mayor parte de su vida. La filosofía estoica que sigue le ha enseñado a practicar la contemplación de su propia mortalidad de forma tranquila y racional. Aprender cómo morir, de acuerdo con los estoicos, es desaprender cómo ser un esclavo.
Esta actitud filosófica hacia la muerte no le llegó de forma natural. Su padre murió cuando él era muy pequeño, convirtiéndolo en un niño solemne. Cuando cumplió 17, fue adoptado por el emperador Antonino Pío como parte de un plan de sucesión a largo plazo ideado por su predecesor, Adriano, quien había previsto su potencial de sabiduría y grandeza, incluso desde que era un niño pequeño. No obstante, se sentía reacio a abandonar el hogar de su madre para vivir en el palacio imperial. Antonino convocó a los mejores maestros de retórica y filosofía para entrenarlo en su preparación para sucederlo como emperador. Entre sus tutores había expertos en platonismo y aristotelismo, pero su educación filosófica principal fue sobre estoicismo. Estos hombres fueron como familia para él. Se dice que cuando uno de sus tutores más queridos murió, Marco lloró con tal vehemencia que los sirvientes del palacio intentaron someterlo. Les preocupaba que las personas consideraran su comportamiento como impropio de un futuro regente. Sin embargo, Antonino les ordenó dejarlo: «Déjenlo ser tan solo un hombre por una vez; pues ni la filosofía ni el Imperio eliminan los sentimientos naturales».
Años más tarde, luego de perder a muchos hijos pequeños, Marco de nuevo se conmovió hasta las lágrimas en público al presidir un caso legal, cuando escuchó a un intercesor decir como parte de su argumento: «Benditos sean aquellos que murieron por la peste».
Marco era un hombre amoroso y afectivo de forma natural, y la pérdida le afectaba profundamente.
Durante el curso de su vida, recurrió cada vez más a los antiguos preceptos del estoicismo como una forma de lidiar con la muerte de aquellos cercanos a él. Ahora, mientras yace moribundo, reflexiona una vez más en torno a ellos. Algunos años antes la emperatriz Faustina, su esposa de 35 años, falleció. Él había vivido lo suficiente para ver morir a ocho de sus 13 hijos. Cuatro de sus ocho hijas sobrevivieron, pero solo sobrevivió uno de sus cinco varones, Cómodo. La muerte se encontraba por doquier. Durante su reinado, millones de romanos a lo largo de todo el Imperio habían muerto debido a la guerra o la enfermedad. Las dos iban de la mano, ya que los campos de legionarios eran particularmente vulnerables a los brotes de peste, en especial durante los largos meses de invierno. El aire a su alrededor aún estaba repleto del dulce aroma del incienso; los romanos esperaban en vano que ayudara a prevenir la diseminación de la enfermedad. Hacía una década ya que el aroma del humo y el incienso eran un recordatorio para Marco de que vivía bajo la sombra de la muerte y de que la supervivencia de un día al siguiente no debía darse por hecho.
Fragmento del libro Piensa como un emperador romano © 2020, Editorial Planeta. Cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México.
SINOPSIS
Si crees que el mundo actual es una locura, imagina las dificultades de dirigir el imperio más caótico de la historia. Marco Aurelio no solo supo hacerlo con temple y sabiduría, también nos dejó Meditaciones, uno de los textos más valiosos y vigentes para cualquier persona que desee controlar sus emociones frente a las crisis de la vida moderna.
DonaldRobertson retoma las principales reflexiones de la obra del emperador romano y las entreteje con las técnicas psicológicas más actuales para ofrecer una guía que te permitirá fortalecer el carácter, ser resiliente, encontrar la paz mental y desarrollar las virtudes que hicieron de Marco Aurelio uno de los gobernantes más amados y respetados. Conquista la ansiedad, el dolor, la ira, la pérdida y la tristeza: Descubre la filosofía estoica, la herramienta más poderosa para enfrentar la adversidad.
JL