Gaal Cohen: este movimiento se dedica, fundamentalmente, a escuchar

En ocasiones, basta una oportunidad o que un suceso nos conmine a actuar para que emprendamos alguna tarea determinada; esto fue lo que hace casi cinco años le sucedió al español Adrià Ballester, quien decidió brindar un espacio en la ciudad para aquellas personas que desearan hablar, así simplemente, conversar de lo que fuera sin restricciones, tal como reza la misión del movimiento Free Conversations que, desde entonces, se fundó en Barcelona y cuenta ya con presencia en diferentes zonas del mundo. Concretamente, en Guadalajara, es Gaal Cohen, tapatío por adopción, quien ha llevado a cabo esta labor desde mayo pasado, en Paseo Alcalde, justo frente al Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (Mupag).

Fue a través de un artículo periodístico -en el periódico “La Vanguardia”, de Barcelona-, nos cuenta Cohen, que se enteró de lo que hacía Ballester, “contaba su historia, y cómo se sintió mejor después de platicar con un desconocido tras un mal día en su trabajo; y yo que vivo en una urbe donde vive mucha gente, pensé que debería haber mucha gente a la que le vendría bien sentarse a platicar con alguien”.

Así, refiere el francés, dentro del Free Conversations Movement, que tiene presencia en muchos países, “Guadalajara fue la primera ciudad de América Latina donde hubo alguien que comenzara con estas pláticas (ahora somos tres ya). Este movimiento se dedica, fundamentalmente, a escuchar. Se habla de lo que la persona quiere, y es algo muy bello y particular, la verdad. Yo lo hice para regresar a la comunidad algo que sé hacer -hablar-, porque me han adoptado aquí como tapatío desde hace 30 años”.

Ahora bien, destaca Cohen, “estuvimos sin poder hacer nada por poco más de un año, debido a la pandemia; ahora, no sólo tenemos apoyo del movimiento, también ayuda Cultura Guadalajara, que facilita tramitar el permiso del ayuntamiento para estar aquí en Paseo Alcalde”.

México y la curiosidad

Nacido en Francia de madre flamenca y padre judío marroquí, Cohen siempre se sintió “atraído por México. Desde muy pequeño pasaba por una agencia de viajes donde siempre había imágenes de este país y, desde que llegué acá en 1973, recorrí por medio de aventones el territorio (y los Estados Unidos); después, con mi esposa, decidimos vivir aquí, de tan bonito que es”.

Aunque trabajó por mucho tiempo en el rubro turístico, este fluido conversador se formó en la medicina tradicional china y ahora realiza distintos proyectos artísticos de fotografía; respecto de sus pláticas, afirma disfrutarlo mucho, “yo no soy psicólogo, pero creo que hay gente que viene porque tiene un problema o inquietud y piden orientación, otros tienen inquietudes existenciales (Dios, la Vida, la Muerte), otros se sienten atraídos por curiosidad, también hay quien sólo desea compartir y enseñar cosas (yo aprendo de todos)”.

Escuchar a la gente

Para este movimiento, existe una coordinadora para Latinoamérica, Ana Maldonado, en Quito, Ecuador; así, explica Cohen, “para involucrarse y convertirse en voluntario hay que establecer comunicación, para luego entrenarse en esto de conversar, sin problematizar ni esgrimir opiniones. Ahora somos muchos y tenemos reuniones frecuentes -yo diría más o menos una al mes- en las que hablamos acerca de cómo enfrentar diferentes situaciones y cómo hablar acerca del movimiento, puesto que lo representamos”.

En este sentido, advierte el naturalizado tapatío, hoy día se trabaja para convertir este movimiento en una ONG formal, aunque la misión y objetivo sigue siendo “escuchar a la gente y ayudar a que se levanten, si acaso lo pasan mal. Ahora, ayudar no es la meta, porque puede que no la necesites y sólo desees hablar, con eso basta. Hay de todo; y soy consciente de que estoy en un sitio privilegiado”.

Esto es un compromiso

Esta experiencia, afirma Cohen, le permite saber que “el tapatío tiene una ingenuidad muy bella y espontánea, por eso no paro, cuando no llega uno se acerca otro a mirar o leer el pizarrón. Esto ha sido muy enriquecedor para mí. Pienso que cuando uno hace algo, como este voluntariado, la gente lo disfruta por igual y comparte su gozo”.

En Guadalajara son tres las personas que toman parte en este movimiento de conversación libre, es una actividad que -enfatiza el también fotógrafo- “es asimismo una entrega, una responsabilidad, algo que requiere dedicación, demanda compromiso, porque al final la idea puede resultar muy bella pero, con todo, hay que llevarla a cabo”.

Si a Gaal Cohen (mejor conocido como “Yayo”) es posible encontrarlo en Paseo Alcalde, frente al Mupag, desde las 11 a las 15 horas, más o menos; el interesado encontrará en la Plaza frente al Templo Expiatorio (López Cotilla y Díaz de León) a Adriana Ramos, pero también -aunque con visitas a personas de edad avanzada en sus domicilios- participa Diana Jiménez, pero ella no se ubica en un lugar determinado.

TOMA NOTA

El origen

El movimiento Free Conversations se inició en 2017 por parte de Adrià Ballester quien, tras un mal día de trabajo, decidió dar un paseo por Barcelona y, después de unas horas, entabló una larga conversación con un desconocido y gracias a ello se dio cuenta de lo importante que es hablar con las personas a partir de un punto de vista distinto del nuestro. Tras esa experiencia, decidió ofrecer conversaciones gratuitas una vez a la semana en el centro de la ciudad, con el propósito de que la gente pudiera ir a hablar cuando lo necesitara o quisiera, además, también significaba poner a disposición del público un lugar donde expresarse libremente sin miedo a ser juzgado.

EL DATO

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