El arte como terapia y herramienta de divulgación frente al COVID-19
El artista iraní Alireza Pakdel plasma en sus ilustraciones el trabajo que realizan los doctores ante la pandemia causada por el coronavirus
Médicos comparados con soldados en el frente de batalla, pero también imágenes más íntimas de su añoranza a la familia o de su mimo a los enfermos, son algunos de los homenajes al personal sanitario del reconocido artista iraní Alireza Pakdel.
Desde que estalló la crisis del COVID-19 en Irán a finales de febrero, Pakdel ha realizado unas 80 ilustraciones. Su prolífico trabajo, accesible en su cuenta de Instagram @alirezapakdel_artist, ha tenido una repercusión internacional y le ha valido incontables agradecimientos.
“Lo más interesante ocurrido tras la publicación de mis obras en las redes sociales fue recibir mensajes de países afectados por el coronavirus como España, Italia, China y Brasil, que me han reconocido como parte del equipo médico y me han pedido seguir por este camino”, asegura con orgullo el caricaturista.
Pakdel, una de cuyas obras fue incluso seleccionada por el equipo de Instagram gracias al interés despertado, indica que varios médicos y enfermeros le dijeron que estaba mostrando bien “la situación y sus dificultades” y que lo hacía de “un modo comprensible para todos”.
El lenguaje universal del arte
Para el ilustrador y caricaturista, nacido en 1981 y con numerosas publicaciones en prensa y un centenar de premios nacionales e internacionales a sus espaldas, “el lenguaje del arte es muy influyente”.
“De palabra se dice una cosa pero la gente no lo comprende. Sin embargo, cuando lo ven en el contexto del arte creo que lo entienden mucho mejor”, explica por teléfono desde su casa en la ciudad de Mashad, en el Noreste de Irán.
Entre las paredes de esa casa, donde se confinó al comenzar la pandemia junto a su mujer, Pakdel siguió con preocupación la situación y recurrió a su talento para plasmar la crisis y emitir recomendaciones ante la falta de precauciones tomadas por parte de la población iraní.
“Decidí usar el lenguaje del arte y transmitir mediante mis obras algunos conceptos como el peligro del coronavirus y las pautas de seguridad e higiene que se deben respetar”, apunta el dibujante, cuyo país es de los más afectados por el COVID-19 con más de siete mil muertos y 120 mil contagiados.
Con esta temática produjo sus primeras tres o cuatro obras. A partir de la sexta, su trabajo comenzó a tener “dimensión global” y Pakdel se dejó aconsejar por la opinión de los sanitarios para tratar “objetivos más concretos”.
Una suerte de terapia
A las recomendaciones de no viajar, quedarse en casa y usar mascarillas, se unieron claros homenajes al trabajo no solo del personal sanitario sino de los bomberos y de los miles de voluntarios, como una anciana cosiendo mascarillas en su casa.
Intentó por ello no centrarse en los errores cometidos por los ciudadanos o las autoridades y “transmitir esperanza”, indica el artista, quien considera que ese mensaje es el que hizo que su obra tuviera repercusión mundial.
“Creo que el arte en el aspecto psicológico puede funcionar como una terapia. Yo en mis obras también trabajé en transmitir esperanza a los que estaban contagiados para decirles que se van a curar, y eso les daba una buena sensación”, asegura.
Sus ilustraciones no tienen carga política pero sí numerosas referencias a la cultura persa. A Pakdel de hecho le ha sorprendido la repercusión de algunas de sus obras, que tienen “un color y un aroma iraní”.
Una de ellas representa a una enfermera que lleva a uno de sus pacientes un “haft sin” (la decoración del año nuevo persa), otra a una mujer cuyo marido murió en la guerra con Irak (1980-1988) o a un médico que cruza por debajo de un Corán para estar protegido.
Por su gran dedicación al COVID-19, Pakdel ha sido seleccionado entre los premiados en un concurso internacional organizado en Irán bajo el título “Derrotaremos al coronavirus”, que le ha reservado una mención especial.
Artistas de 88 países
El responsable del concurso, el director del centro de artes visuales Hoze Honarí, Masud Shoyaí, explica que esta disciplina presenta “un lenguaje internacional y comprensible para toda la gente del mundo”.
Una vez que convocaron el concurso, la respuesta fue abrumadora: “Recibimos en 40 días cuatro mil 200 obras de artistas de 88 países”, afirma el responsable, quien detalla que Turquía y China fueron el lugar de procedencia de buena parte de los trabajos internacionales, pero que también hubo bastantes de Brasil y España, entre otras latitudes.
El concurso abarca cuatro categorías: personal sanitario, infundir ánimo a la población, recomendaciones de higiene y asuntos políticos.
Shoyaí apunta que en esta ocasión el enfoque político ha sido minoritario, únicamente abordado por unas 50 obras, un cambio respecto a algunos concursos previos organizados por Hoze Honarí y centrados en críticas por ejemplo contra la Administración estadounidense.
Las caricaturas que han tratado este asunto han incidido principalmente en algunas de las controvertidas declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, respecto a la COVID-19 y en las sanciones impuestas por este país a Irán que dificultan la lucha contra la pandemia.
JL