Cultura

Dime con qué ojos miras y te diré qué ves

El mundo real no tiene que ser exactamente lo que observamos; aunque suene extraño, hay seres vivos que ven de forma distinta

Se han reconocido a lo largo de la historia humana sentidos fundamentales, entre estos, el gusto, el tacto, el oído, el olfato y, por supuesto, la vista. Con ellos percibimos el mundo que nos rodea. En un inicio sólo poder hacerlo fue suficiente para significarnos una supervivencia en este planeta. Ahora, más que mantenernos con vida, nos permiten analizar y preguntarnos, ¡preguntarnos sobre absolutamente todo, inclusive el futuro más cercano!

Como humanos, tenemos dos ojos. Dos pelotitas que con un mundo de nervios están conectados a nuestro gran cerebro. Gracias a ellos percibimos la luz, que luego dicho cerebro interpreta y analiza. Sin embargo, aunque suceda de manera automática, el mundo real no tiene que ser exactamente lo que observamos. Aunque suene extraño, hay seres vivos que ven de forma distinta. Como las aves, que son capaces de percibir un espectro de luz mayor al de los humanos. Ahora, imagina un mundo con más colores de los que ya conoces, con un detalle muy diferente. Probablemente la realidad que transitan sea muy diferente a la nuestra.

Muchos artrópodos poseen una gran cantidad de “ojos” como las arañas y las moscas, y no por eso significa que ven la misma imagen repetidas veces (como nosotros antes de irnos a dormir recordando ese momento vergonzoso de hace tres años), si no que pueden captar la luz y el movimiento desde “distintos puntos de vista”. Mirar como una mosca parecería una buena estrategia al enfrentarse a la vida moderna.

Si bien no podemos preguntarles cómo es que ven el mundo para buscar coincidencias en aquello que nos relaten, es inevitable fantasear con lo asombroso que sería mirar a través de los ojos de un búho con esas pupilas negras gigantescas y encontrar los detalles que la noche no nos permite apreciar.

Definitivamente la percepción de nuestro medio inmediato nos brinda información valiosa para poder movernos en sintonía y seguir el flujo de la existencia. Incluso, la capacidad de ver nos trajo la duda de lo que podría haber en aquello que es más pequeño de lo que nuestros ojos alcanzan a enfocar, y es así como conocimos a los micro-seres, conjuntos de vida imperceptibles a la vista humana. Con herramientas como el microscopio podemos adentrarnos en otra realidad donde las reglas son diferentes, la interacción es otra y las expectativas de vida giran en torno a premisas distintas a las de la sociedad actual. Si bien nunca veremos a una bacteria preocupándose por el cambio climático o la crisis hídrica, tal vez la veamos dividirse en dos para dar vida a la siguiente generación.

A lo que voy es que a veces el mundo y la vida parecen tener demasiados desafíos, lo que vemos y sentimos puede ser abrumador, entonces es bueno recordar que la realidad que percibimos muchas veces está sujeta a nuestras capacidades para comprenderla, y tal vez reobservarla nos permita generar nuevas soluciones. Entonces, la próxima vez que el futuro se vea más apocalíptico de lo que tu par de ojos pueden interpretar, pregúntate si un camarón o una mantis lo verían de la misma forma.

Sobre la autora

Nanantli Romo es bióloga y apasionada por la complejidad del mundo animal, actualmente colabora con el Museo de Ciencias Ambientales en el área de comunicación.

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