“De otro lugar”, la España de Óscar Montoya
El escritor presenta su segunda novela, donde se adentra a la época de la posdictadura del país ibérico, a través del humor negro y la intriga policíaca
Regresar al pasado no siempre es un juego riesgoso. Para el escritor Óscar Montoya remontarse a los hechos y personajes que marcaron parte de la historia española, es un ejercicio que debe ser constante para entender el presente y tener, quizá, una breve intuición sobre el futuro.
Aunque la promoción de su más reciente novela “De otro lugar” tendría a México como escenario este año, el autor confía que ante la suspensión de actividades internacionales por la pandemia del COVID-19, los formatos electrónicos se conviertan por completo en el vínculo inmediato para desmenuzar esta historia protagonizada por los enredos y sarcasmos del joven agente “Antonio Tojeira”, quien habita y explora a una España que recién camina libre de la dictadura.
“Quería hablar de la época en la que España salía de la dictadura a partir del 75, de los años de transición política donde no estaba muy claro si sería una democracia o se volvería hacia atrás. Yo era muy pequeño, pero tengo recuerdos fugaces y quería hablarlo, porque a lo largo de mi vida también he conocido a policías e inspectores que vivieron esa época, esto ha sido el comienzo de mi historia”.
Óscar Montoya puntualiza que las similitudes que tiene con “Antonio Tojeira” son nulas, a excepción del gran parecido estético que la representación gráfica del personaje tiene con él en la portada del libro, y aunque el mismo autor definió las características físicas de este peculiar agente, la personalidad y formas de vivir que se abordan en “De otro lugar” (desde la comedia negra y el toque policíaco) se mantienen completamente alejadas de cómo él lo haría.
“El personaje es un compendio de una serie de personas que he conocido en mi vida, hice como una especie de unión de estos policías para desarrollar a este personaje bastante peculiar (…) para mí es muy importante la verisimilitud, y cuando veo que la novela se aparta de esto es cuando intento corregir, intento ser lo más certero posible”.
Si bien tener a una época pasada como coprotagonista es un ejercicio que puede realizarse desde la experiencia personal, Óscar Montoya no omite la importancia de retroceder en tiempo considerando el trabajo que otros especialistas han hecho para tratar de aclarar qué, cómo y por qué pasó tal momento, herramienta que se ha planteado muchas veces a través de la literatura.
“El pasado es como el cadáver de un animal o de algo. Los primeros que llegan son los historiadores, después van llegando otros a seguir con este trabajo serio, y al final creo que llegan o están los escritores que cogen un poco de migajas y dan una interpretación. Los escritores están en esa cadena de investigar o de hablar del pasado”.
Recalca que si bien la novela —la segunda en su trayectoria como autor— desmenuza acontecimientos particulares de España, los sentimientos y reacciones que éstos generan pueden coincidir con otros hechos de cualquier otra parte del mundo sin importar personajes o condiciones sociales, especialmente cuando hay víctimas de por medio.
“Es una época que se ha repetido en con muchas similitudes en México o cualquier otro sitio; aunque sea la historia particular de un país, hay cosas muy reconocibles. Es una época de tránsito y a mí esto me encanta, por ejemplo la que estamos viviendo actualmente”.