Templos católicos, refugios de manifestantes en Nicaragua
Opositores a Daniel Ortega denuncian que al menos 16 iglesias han sido sitiadas en los últimos días por la policía
La Iglesia Católica de Nicaragua enfrenta una nueva ola de hostilidades que busca impedir que opositores al presidente Daniel Ortega se refugien en los templos para reactivar las protestas que sacudieron a su gobierno el año pasado.
En momentos en que la policía ha prohibido las manifestaciones contra el gobernante, la persecución se disparó luego de que 11 mujeres iniciaran el 14 de noviembre una huelga de hambre en la iglesia San Miguel de la ciudad de Masaya, para demandar la liberación de más de 130 de opositores presos.
En represalia, las autoridades cortaron el servicio de agua y luz, y las fuerzas policiales rodearon la parroquia para aislar y presionar a las mujeres a desistir del ayuno.
También castigaron al párroco de la iglesia Edwing Román, un crítico del gobierno, a quien le han negado la provisión alimentos y medicinas para su diabetes.
Se cree que hay "un plan de expandir todo esto a las iglesias", dijo en referencia a las protestas Cairo Amador, miembro de la estatal Comisión de la Verdad, creada creada por el Parlamento dominado por sandinistas, para investigar la violencia a raíz de las protestas que estallaron contra el gobierno en 2018.
Partidarios gubernamentales irrumpieron el lunes en la Catedral de Managua y golpearon a dos religiosos para desalojar a un segundo grupo de nueve opositores que también se declaró en huelga de hambre, denunció la iglesia.
Este jueves, un centenar de simpatizantes de Ortega intentaron entrar por la fuerza a la iglesia San Juan Bautista de Masaya durante una misa.
Los feligreses cerraron las puertas y luego, concentrados fuera del templo, gritaron: "No tenemos miedo".
La misa era parte de una jornada de oración convocada por el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, en apoyo a las mujeres en huelga y para condenar las "ofensas y profanaciones" a la iglesia.
El conflicto revive la confrontación entre Ortega y la iglesia durante la Revolución Sandinista (1979-1990).
Cuando Ortega intentaba regresar al poder, pidió perdón por los "atropellos" que los sandinistas cometieron contra "figuras respetadas de la iglesia".
Aplacar el descontento
Según disidentes del sandinismo, al menos 16 iglesias han sido sitiadas en los últimos días por la policía.
"La Iglesia ha logrado interpretar las necesidades de la gente y han estado al lado a su lado sin ostentar banderas partidarias"
Con "el asedio, acoso y ataque sobre las iglesias, sacerdotes y monjas se manda un mensaje de que no pretenden tolerar que en las iglesias se exprese el descontento popular", afirmó a la AFP la ex comandante guerrillera y disidente sandinista Dora María Téllez.
"La población ha optado por expresarse en las iglesias, procesiones y rituales religiosos", dijo, debido "al incremento de la represión contra la libertad de expresión y movilización".
La policía ha prohibido las marchas y vigila las calles para evitar que se reanuden las protestas que el año pasado pedían la salida de Ortega, en el poder desde 2007.
El sacerdote Harvin Padilla reveló que el gobierno ha pedido el traslado de los curas críticos de Masaya, una ciudad que ha sufrido una feroz represión.
Para Ortega, en la iglesia hay "unos cuantos esquizofrénicos y unos cuantos sepulcros blanqueados que son parte de la conspiración y que andan buscando paja en el ojo ajeno".
El gobierno ha acusado con anterioridad a los obispos de ser parte de supuestos planes "golpistas" de la oposición, en alusión a las masivas protestas, cuya represión dejó más de 300 muertos.
Según el analista y jurista Gabriel Álvarez, el gobierno "ha decidido que la iglesia y sacerdotes son un componente fundamental de lo que ellos llaman golpismo".
Pero la iglesia, señaló, "ha logrado interpretar las necesidades de la gente y han estado al lado a su lado sin ostentar banderas partidarias, sino como parte de su misión pastoral".
El año pasado, la iglesia abrió sus puertas para proteger a manifestantes que eran perseguidos y heridos por las fuerzas de seguridad y grupos armados de defensores del gobierno. En represalia, muchos templos fueron sitiados y algunos saqueados por simpatizantes sandinistas.
En julio del 2018, paramilitares atacaron y causaron dos muertos en la iglesia Divina Misericordia de Managua, en la que se habían refugiado estudiantes que huían de la represión.
JM