Tecnología
Dieta y estilo de vida saludables reducen el riesgo cardíaco
Hipertensión es cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para transportar oxígeno y nutrientes por el organismo
En el primero, el equipo de Luc Djousse, de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston, analizó datos de 20 mil 900 varones participantes en el estudio llamado Physicians' Health Study I (1982-2008) para evaluar la relación entre el estilo de vida y el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca.
El seguimiento de ese grupo duró unos 22.4 años. El riesgo vital de desarrollar insuficiencia cardíaca, evaluado a los 40 años, fue de uno cada siete pacientes.
Varios hábitos saludables del estilo de vida estuvieron asociados con una reducción del riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca; entre ellos: mantener el peso normal, no fumar, hacer ejercicio, beber alcohol con moderación y consumir cereales en el desayuno, frutas y verduras.
Los hombres que no tenían ninguno de esos hábitos tuvieron el riesgo más alto de padecer insuficiencia cardíaca (del 21.2 por ciento), mientras que los que cumplían cuatro o más de esas conductas tenían el riesgo más bajo (del 10.1 por ciento).
En la segunda investigación, el equipo del doctor John P. Forman, de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston, analizó datos de 83.882 mujeres participantes del estudio Nurses' Health Study (1991-2005) para evaluar el efecto combinado de varios factores alimentarios y de estilo de vida sobre el riesgo de desarrollar hipertensión.
El estudio se concentró en seis factores previamente asociados con una disminución del riesgo de hipertensión: peso normal, ejercicio intenso 30 minutos por día, dieta saludable, consumo moderado de alcohol, uso de analgésicos menos de una vez por semana y consumo de ácido fólico, que es una forma de vitamina B.
La presencia de seis, cinco, cuatro y tres de esos factores redujo el riesgo de hipertensión un 78, 72, 58 y 54 por ciento, respectivamente, comparado con la ausencia total de esos factores.
El que mayor efecto tuvo sobre la presión fue el peso corporal. Las mujeres obesas eran 4.7 veces más propensas a desarrollar hipertensión que aquellas con peso normal.
Los autores concluyeron que muchos nuevos casos de hipertensión podrían prevenirse con la adherencia a esos factores alimentarios y de estilo de vida de bajo riesgo. Eso, agregaron, podría proporcionar grandes beneficios para la salud pública.
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