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Anfibios y reptiles se adaptan pese a aumento de salinidad

El mar le gana terreno a la costa tabasqueña, pero las especies de anfibios y reptiles se han adaptado

VILLAHERMOSA, TABASCO (22/SEP/2013).- Pese al aumento de salinidad por el terreno que el mar le gana al continente en la costa tabasqueña, las especies de anfibios y reptiles se han logrado adaptar, señaló el biólogo Santiago López Mondragón.

El investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) indicó que en las áreas de manglares la biodiversidad se ha mantenido.

Incluso, apuntó que, a diferencia de un estudio en 2011, que arrojó 24 especies, entre reptiles y anfibios, esta cifra aumentó en las muestras recientes a 34, de las cuales 24 corresponden a reptiles.

Expuso que las especies -quelonios, ranas y víboras- no sólo se han adaptado a esos cambios fisicoquímicos por la salinidad a unos 100 metros de la costa, sino también a los grados de deforestación de los mangles.

En su trabajo sobre la diversidad de la herpetofauna en la zona costera de los municipios de Centla, Paraíso y Cárdenas, mencionó que observó zonas sin vegetación.

Refirió que en 2009 se estimó en 45 mil 210 las hectáreas de mangle, tanto de especies roja, blanca y negra.

Sin embargo, el especialista apuntó que pobladores, incluso de otros estados como Campeche, llegan a los límites con Tabasco para saquear la madera.

Explicó que principalmente devastan el mangle negro, pues tiene potencial maderable para construcción de casas o de posterías. El mangle blanco es preciado por el fuste, mientras el rojo es inutilizable por su forma zancuda.

Añadió que hay una especie de mangle "botoncillo" que en comunidades como La Victoria y La Solución es sembrado para aprovechamiento de carbón.

Dijo que en esos puntos, así como en Arroyo Verde, El Yucateco y San Pedro, se realizó la investigación, tanto en temporada de lluvias como de secas.

En ambos casos, abundó, los resultados sobre la biodiversidad en la zona manglar fue similar, al observarse que las poblaciones de especies se conservaban.

Ello, comentó López Mondragón, a pesar de los entornos no sólo naturales como los cuerpos de agua, manglares o selva, sino también de actividades agropecuarias, de infraestructura petrolera o humana.
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