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Raúl Anguiano, el pincel de la excelencia

El próximo 26 de febrero se cumplen 100 años del natalicio del pintor jalisciense, cuya obra retrata la riqueza de nuestra tierra

GUADALAJARA, JALISCO (22/FEB/2015).- Su pasión por la identidad indígena lo impulsó como uno de los máximos pintores y muralistas mexicanos. Raúl Anguiano Valadez fue un tapatío que marcó escuela en el arte plástico no sólo de Jalisco, a nivel nacional figuró como un maestro del pincel que, a 100 años de su nacimiento y nueve de su muerte, es recordado como un creador único en su estilo.
Raúl Anguiano, nacido un 26 de febrero de 1915, se distinguió por un trazo definido en la pulcritud y la lucidez. Su obra se enfocó en enaltecer la belleza de lo natural y lo humano, de presumir al indígena a la menor provocación, en especial, a la mujer.

En Guadalajara, Anguiano se hizo portavoz y defensor de la labor pictórica de los artistas locales y aunque en la cúspide de su trayectoria residió la mayor parte del tiempo en la Ciudad de México, recordados son aquellos talleres de verano que impartía en la capital jalisciense, del impulso que daba al grabado.

La rapidez con la que el llamado “maestro” se inició en camino artístico le valió el título de “el niño Anguiano”, pues siendo un jovencito se colocó a la altura de grandes personajes del pincel y óleo, asegura Ricardo Duarte, titular de la Secretaría de Cultura Guadalajara, quien mantuvo amistad con el destacado muralista, pintor y grabador hasta su muerte, en 2006.

Enrique Lázaro, coleccionista y experto en artes plásticas, reconoce que Anguiano se acompañó de importantes figuras como Leopoldo Méndez o Alfredo Zalce, con quienes nutría de nueva sangre a la Escuela Mexicana de Pintura.

Considera que después de José Clemente Orozco, Raúl Anguiano puede considerarse como el líder de la segunda generación de jaliscienses que tomaron las riendas de la pintura en el Estado, atrayendo la atención de promotores e impulsores de la arte local como Ixca Farías, uno de los fundadores del Museo Regional de Guadalajara.

Raúl Anguiano despuntaba con un estilo muy particular. Se dice que el muralista hacia su labor frente a los lienzos y muros bajo el argumento de pintar lo que le “diera la gana” y así lo hizo. Su personalidad de carácter fuerte y amigable le permitió engendrar una credibilidad que hasta hoy se mantiene intacta.

Desde las raíces

Los paisajes y la mujer indígena fueron sus constantes, puntualiza Duarte y detalla que la obra de Anguiano siempre se caracterizó por una búsqueda de la realidad, de lo que sus ojos veían de frente, sin límites y sin prejuicios.

“Este niño Anguiano siempre fue un inquieto explorador de la estética y la plástica bajo una visión de lo que fue el nacionalismo mexicano. Toda su iconografía está sustentada en elementos identitarios que exaltaban valores y atribuciones de México como nación y del mexicano como una raza particular con importantes rasgos físicos”.

Fue a partir de una expedición hecha en la selva lacandona de Chiapas en 1949, en la que Anguiano y otros colegas del pincel toparon del frente con los panoramas que marcarían de por vida su estilo frente a la pintura, especialmente en la del tapatío.

El hallazgo de las ruinas de Bonampak significó el mayor brillo y creatividad de Anguiano, destaca Ricardo Duarte al añadir que en este escenario definió por completo las siluetas con las que el pintor manifestaba su respeto por la comunidad indígena, por la mujer lacandona, la naturaleza y belleza de un México que se consideraba olvidado.

Anguiano no sólo se entregó a los dibujos y óleos de esa experiencia selvática, también llevó sus memorias al papel y las letras publicando reseñas de sus andanzas y encuentros con la cultura en el semanario “Novedades”, además del libro “Raúl Anguiano: memorias de una expedición a la selva lacandona (1949)”, que fue editado por el Instituto de Investigaciones Indígenas.

De aquí que surgiera “La espina”, una de las obras icónicas e inmortales de Raúl Anguiano, el retrato de un indígena rodeado de gigantescas ceibas. La figura femenina también se transformó en una firma de Anguiano, con una presencia fuerte en la que la reflejaba como un personaje inamovible en el acontecer cultural del país.

“La mujer como protagonista de este proceso de permanencia de una cultura, desde la visión de la maternidad pero también la abordó en muchas ocasiones sensual y con características que nos permiten conocer la cerámica, los textiles y rasgos identitarios”, expresa Ricardo Duarte.

“Muchos jóvenes han retomado estos elementos de valor identitario en los rasgos mexicanos, de la cultura indígena, de su riqueza en torno a patrimonio intangible que lo podemos encontrar en cualquier región de nuestro país”.

Raúl Anguiano es recordado como un gran conversador, como un anfitrión que siempre tenía algo que contar y con que sorprender, señala Ricardo Duarte al recordar las visitas que emprendió en la casa del maestro en Coyoacán, donde siempre se acompañaba de su esposa Brigita Liepins y “Tajín”, su perro xoloitzcuintle.

“Fue un creador que hasta sus últimos días estuvo activo. Siempre estaba o venía del taller de cerámica o trabajando en gráfica, al mismo tiempo tenía más de una pieza en proceso. Era un conversador, muy generoso, siempre con un ánimo increíble”.

Preparan homenaje

Para conmemorar el centenario del natalicio de Raúl Anguiano este 26 de febrero, el recinto artístico que lleva su nombre en Guadalajara, el Museo de Arte Raúl Anguiano (Mura), realizará una exposición especial que muestre una faceta muy distinta a la obra que comúnmente se conoce del muralista tapatío.

Patricia Urzúa, directora del museo, señaló que la dependencia está a la espera de confirmar si algunas de las obras más emblemáticas del jalisciense podrán llegar a la exposición, a la que se presume que “La espina” probablemente sea una de ellas, por lo que el homenaje se planea hasta mediados del mes de marzo, dado que la pieza está manos del Museo de Arte Moderno capitalino.

“La exposición girará en torno a una parte específica de la vida de Anguiano, que fue cuando él se logra establecer como un gran dibujante (…) Estamos esperando el último visto bueno, nos faltan unos documentos que recibir de la Ciudad de México. Sí habrá una pieza y probablemente unas más que serían fundamentales”, así como textos y fotografías.

Paralelamente a la muestra que es curada por Gutierre Aceves Piña, Urzúa añadió que se emprenderán actividades infantiles relacionadas al legado de Anguiano, además de que la viuda del muralista, Brigita Liepins, presentará un nuevo libro sobre los murales del tapatío.

Actualmente, el Mura cuenta con 81 obras de Anguiano, entre grabados, cerámica y escultura, piezas que constantemente se encuentran en préstamo a otras dependencias que buscan difundir el legado del muralista.

Respecto a las acusaciones que indican que las pinturas del pintor están almacenadas en bodegas en lugar de estar expuestas en el reciento que lleva su nombre, Patricia Urzúa, aceptó que las piezas en efecto se almacenan ante la llegada de las exposiciones temporales que ocupan los salones del sitio.

“Sí han estado en bodega, pero no los 365 días del año. Ahorita no (hay obra expuesta de Anguiano) porque estamos con otra exposición de arte contemporáneo, pero el tema de la exposición que viene no tiene nada que ver con la obra que tenemos”.

SABER MÁS

Con dedicatoria


> El Museo de Arte Raúl Anguiano (Av. Mariano Otero 375, Col. Moderna) fue inaugurado en 2003, luego de adaptar la que fuera conocida como Galería de Arte Moderno.

> Ricardo Duarte, actual titular de la Secretaría de Cultura Guadalajara, fue el primer director del recinto dedicado al pintor jalisciense, durante la administración del ex presidente municipal, Fernando Garza.

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