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Piden cumplir con normas para venta de alimentos en escuelas
Señalan que la medida no se aplica pues maestros y padres de familia la desconocen
alimentos y bebidas no se aplican en las escuelas, pues maestros, directivos y padres de familia la desconocen.
En conferencia de prensa, el director del Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo, y el coordinador de dicha federación, Jorge Ramírez, pidieron a las autoridades hacer cumplir dichas medidas que entraron en vigor este lunes en las escuelas, desde preescolar hasta nivel superior.
Sostuvo que según los lineamientos se deben aplicar multas o retirar las concesiones de venta a quienes no cumplen, como es vender de lunes a jueves sólo frutas, verduras y cereales, y los viernes se pueden ofrecer productos procesados, además, las escuelas están obligadas a dar acceso al agua potable a sus estudiantes.
Aspectos que de no cumplirse, establecen multas de hasta cinco mil salarios mínimos, subrayó, al exhortar a los padres de familia a vigilar su cumplimiento y presentar las denuncias contra las escuelas que incumplen esas disposiciones al correo escuelasinchatarra@gmail.com
Calvillo señaló que fue un paso importante pasar de las recomendaciones a una regulación obligatoria en la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, que comprende desde el preescolar hasta la educación superior, pero de nada sirve si queda en "letra muerta".
En su opinión, la secretaria de Salud y la de Educación Pública han dejado en el papel esa regulación que tenía el propósito de proteger la salud de los niños y adolescentes, que tiene uno de los más altos índices de sobrepeso y obesidad en el mundo.
Porque en los hechos, al no hacer cumplir esta regulación se mantiene el ambiente obesigénico escolar, pues ni siquiera se ha dado la capacitación a maestros y padres de familia, ni a quienes venden los productos dentro de la escuela, como lo establecen los lineamientos.
El coordinador, Jorge Ramírez, estudió a grupos de alumnos del Distrito Federal, y se demostró que los estudiantes de secundaria tenían un grado de obesidad en el primer año que se duplicó cuando llegaron al tercer grado.
CIUDAD DE MÉXICO (22/AGO/2014).- El Poder del Consumidor y la Federación Interamericana del Corazón consideraron que los nuevos lineamientos de la nueva regulación para la venta de
En conferencia de prensa, el director del Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo, y el coordinador de dicha federación, Jorge Ramírez, pidieron a las autoridades hacer cumplir dichas medidas que entraron en vigor este lunes en las escuelas, desde preescolar hasta nivel superior.
Sostuvo que según los lineamientos se deben aplicar multas o retirar las concesiones de venta a quienes no cumplen, como es vender de lunes a jueves sólo frutas, verduras y cereales, y los viernes se pueden ofrecer productos procesados, además, las escuelas están obligadas a dar acceso al agua potable a sus estudiantes.
Aspectos que de no cumplirse, establecen multas de hasta cinco mil salarios mínimos, subrayó, al exhortar a los padres de familia a vigilar su cumplimiento y presentar las denuncias contra las escuelas que incumplen esas disposiciones al correo escuelasinchatarra@gmail.com
Calvillo señaló que fue un paso importante pasar de las recomendaciones a una regulación obligatoria en la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, que comprende desde el preescolar hasta la educación superior, pero de nada sirve si queda en "letra muerta".
En su opinión, la secretaria de Salud y la de Educación Pública han dejado en el papel esa regulación que tenía el propósito de proteger la salud de los niños y adolescentes, que tiene uno de los más altos índices de sobrepeso y obesidad en el mundo.
Porque en los hechos, al no hacer cumplir esta regulación se mantiene el ambiente obesigénico escolar, pues ni siquiera se ha dado la capacitación a maestros y padres de familia, ni a quienes venden los productos dentro de la escuela, como lo establecen los lineamientos.
El coordinador, Jorge Ramírez, estudió a grupos de alumnos del Distrito Federal, y se demostró que los estudiantes de secundaria tenían un grado de obesidad en el primer año que se duplicó cuando llegaron al tercer grado.
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