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Mujeres que dejan huella

Margarita Valencia de Ibáñez

DÍA DEL LIBRO.

No es que los escritoras o poetas pasen al olvido, en más de las ocasiones no tuvimos la fortuna de conocerlos a ellas  y a su obra. Intentaré narrar a través de fragmentos de sus poemas de su libro “Hojarasca” sentimientos de la  vida de esta notable poeta: Margarita Valencia de Ibáñez.

En 1899 nace en Guadalajara y se va a radicar a esta población donde estudia la primaria. El hábito por la lectura la transporta por el gusto de la poesía. Becquer, Darío, Acuña, Mistral, Nervo, sus iluminaciones, en la biblioteca paterna.

AUTLÁN, llena de nostalgia abrumadora regreso a ti, cansada y dolorida; en tu plácida quietud acogedora quiero curarme de mi vieja herida.

RECUERDOS DE MI PADRE.

Tuve por mi padre un amor tan  profundo que nunca, nunca explicarlo podría; él me enseñó a caminar por el mundo y a amar el recuerdo de la madre mía.

Esposa del pintor Ing. José Ibáñez (Premio Jalisco en Pintura en 1952, entregado por Don Agustín Yáñez). Supo ser esposa y madre de cuatro hijos, Dr. José Guillermo, el destacado arquitecto Eduardo y el también arquitecto y acuarelista Alberto, y su hija Elena.

NUESTRO IDILIO.UNA FLOR EN SU TUMBA.

Aun el eco de tu voz suena en mi oído y tu imagen en mi menta tan grabada, se aparece intangible a mi mirada pero nunca  en la sombra del olvido. Fue nuestro vivir  un gozo florecido y nuestro amor un romance de delirio; tu ausencia dejará de ser martirio, pues la vida me arrastró al ocaso y como tú, a lo ignoto daré el paso para gozar de nuestro último delirio.

EL TOQUE DE LA HORA A MIS HIJOS.


Pienso qué puede restar a mi vida si ya el camino lo tengo andado; fue mi ayer de plena dicha sentida y es mi hoy, un presente inesperado. Por más que la jornada sea larga el corazón, medroso se resiste; toda partida nos parece amarga y el último Adiós, mucho más triste. Y llegará la hora, que será la mía;-no viertan llanto, denme oraciones- Dejo mi vida escrita y mis impresiones en el libro humilde de mi poesía.

En 1952 escribe el libro “Asperezas” y al unísono colaboraba en la revista El Mundo, además de publicar en los diarios Tapatíos, El INFORMADOR y el Occidental. Escribió “Encuentro” en 1982 y “Hojarasca” en 1988.

En este verso se aprecia su exquisita sensibilidad y espiritualidad.

 “ADORACIÓN”


A Ti Jesús, a Ti  te canto, porque en la cruz fuiste suspendido quiero con mi amor rendido, alabar tu Nombre Santo .Ansiaba tu presencia tanto…! Mas viendo tu cuerpo herido con ánimo entristecido, no pude contener el llanto. Y ante Ti, ¡oh límpida fuente de impenetrable sabiduría, inclino mi humilde frente! Yo quise ¡oh señor, cantarte, más confundida el alma mía ella no supo sino adorarte¡

Tengo  poco espacio para tan grandes versos, y la pobreza de mi pluma no tiene dotes para escribir acerca de esta  gran poeta, Margarita Valencia de Ibáñez, a sus hijos a quienes aprecio me despido con:

MI ÚLTIMO SONETO.


Huyó en sus alas mi pensamiento, el astro que asistía en mi mente; al cantor de mi expresión ardiente en dulce rima de sentimiento. Qué podré hacer yo  sin su aliento? Confundo el ayer con el presente, tengo desde hoy el corazón ausente y turbada mi razón, mudo mi acento. Tornóse ya mi vida tediosa y vana persiguiendo como iluso peregrino, una luz que no existe o está lejana. Luego, un terrible cansancio me sujeta: desearía tenderme a la vera del camino y ahí, quedarme para siempre quieta.
mayalemus@hotmail.com

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