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Miedo irracional a envejecer, provoca problemas físicos y psicológicos

El miedo a envejecer puede tener actitudes no propias de la edad y estancamiento personal

GUADALAJARA, JALISCO (22/AGO/2015).- Al enfrentar un irracional miedo a envejecer, los gerascofóbicos necesitan un tratamiento profesional, porque les puede generar problemas psicológicos y físicos, afirmaron expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS) en Jalisco.
 
Cuando una persona se obsesiona porque quiere conservar el cuerpo joven y tener la vitalidad de la juventud, empieza a tener actitudes que lo llevan a realizarse operaciones estéticas, visten ropa juvenil y buscan actividades que no son propias de su edad.
 
En entrevista, la psicóloga adscrita al Hospital de Ginecología del CMNO del IMSS en Jalisco, Esmeralda Yelisse García Ortega, manifestó que el miedo a envejecer puede iniciar desde un estancamiento personal hasta los síntomas patológicos.
 
Esta fobia (gerascofobia) empieza regularmente a los 45 años de edad, cuando inician los síntomas de la vejez como las canas y la piel ya no es la misma. "Afecta más a las mujeres que a los hombres, pero a ambos les puede provocar serios problemas de depresión", indicó.
 
En el caso de los hombres que registran esta fobia es común que les afecte desde los 40 años, ya que en esa etapa de su vida hacen como una recapitulación de lo que han hecho y han logrado. "Si no ha cumplido sus metas y proyectos empiezan los problemas", dijo.
 
Un síntoma característico que lleva a la gerastofobia es el miedo a perder la independencia. En este sentido, comentó que las mujeres reciben más cuidados de sus familiares porque maneja mejor la parte emocional y crea mayores vínculos afectivos que los hombres.
 
Resaltó que el miedo a envejecer se registra también cuando una persona omite etapas en su vida.
 
Por ello, recomendó vivir la niñez, la adolescencia, la juventud y la adultez a su tiempo, a fin de evitar que la persona quiera "cobrarle a la vida" la etapa que se saltó.
 
"De repente hay señoras grandes de edad que quieren vestir como sus hijas y hay señores de 45 años que visten moderno y se suben a una moto por esa falta de aceptación", subrayó la psicóloga y agregó que es muy importante recibir atención psicológica y en casos severos psiquiátrica.
 
Mencionó que es necesario saber que la vida se trata de perder y ganar. "Las personas adultas deben saber que pierden juventud en deterioro de su imagen corporal pero ganan sabiduría. Tengo que darme cuenta de lo que tengo en vez de ver lo que no tengo", acotó.
 
Sugirió que las personas tienen que actualizarse y vivir su momento, es decir, poner en sus casas fotografías de la edad que viven en vez de exhibir las que se tomaron cuando eran muy jóvenes, por ejemplo.
 
El geriatra Antonio Kubayashi Gutiérrez, del IMSS en Jalisco, recalcó que el envejecimiento es inevitable y universal. Sin embargo, aclaró que solamente 3 o 4 adultos mayores de cada 10 pierden su independencia, lo que significa que la mayoría puede llevar una vida digna y con calidad.
 
Manifestó que efectivamente el envejecimiento va cambiando diferentes áreas del cuerpo y nos quita ciertas capacidades, pero en realidad el miedo a envejecer se debe más que nada a las expectativas que nos ha impuesto la sociedad.
 
Por ello, añadió que existe un atroz miedo a envejecer porque "nuestra imagen se deteriora" y se considera grave por los prejuicios que ha impuesto la misma sociedad, lo cual lleva a las personas mayores a una depresión.
 
"Muchos tienen miedo a envejecer por la pérdida de independencia y de manera equivocada pensamos que los adultos no pueden ser independientes. Sin embargo la mayoría tienen independencia económica, están bien de sus facultades mentales y pueden llevar una buena vida", agregó.
 
Consideró que mucho tienen que ver los medios de comunicación en la idea errónea de que los adultos mayores no pueden ser productivos e independientes. "Este prejuicio es infundado en las novelas, películas y programas en donde se habla de un adulto mayor solitario e inútil", advirtió.
 
Insistió que no es lo habitual, no obstante que la declinación depende de los hábitos de cada persona, es decir, si una persona llevó una vida poco sana su deterioro será más drástico.
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