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La opción refinada

La camioneta que llegó este viernes a los distribuidores Mazda en México es más distinta de su antecesora

GUADALAJARA, JALISCO (25/MAR/2017).- Muchos, incluso nosotros, esperábamos que la CX-5 mostrada en noviembre pasado en Los Ángeles fuera una nueva generación, pero no fue así. Sin embargo, la camioneta que llegó este viernes a los distribuidores Mazda en México es más distinta de su antecesora de lo que parece.

Las diferencias empiezan a percibirse hasta por el color, un nuevo tono de rojo, más brillante y profundo que el anterior. Siguen con faros más delgados y elegantes y un cofre que se pronuncia más allá de la parrilla, muy al estilo de la exitosa CX-9. También los costados, principalmente el área de cristales y la parte trasera son distintos, con la calaveras recordando las del deportivo MX-5.

Por dentro sigue el tono de refinamiento y elegancia de la nueva CX-5. El tablero está cubierto por un plástico suave, que no emite reflejos desagradables al parabrisas. Al frente, es piel la que lo forra. La consola fue rediseñada y alberga los controles del sistema de navegación y entretenimiento que no, aún no tiene Apple Car Play y Android Auto. La buena noticia es que los ejecutivos de la marca en este país ya comentaron que esto anda en proceso de desarrollo.

Dentro de la consola central hay dos entradas USB; una SD y una toma de corriente. En la segunda fila de asientos, si bajamos la parte central del respaldo, también hay un par de entradas USB, que siempre se agradecen.

Mecánica similar

Si bien mecánicamente la CX-5 2018 sigue igual a su antecesora -excepto por la ausencia de una versión con tracción integral- su conducción resulta más suave, agradable, sofisticada. Parte de esto se debe al reposicionamiento del asiento del conductor, del volante y de los pedales, haciendo la experiencia de manejo más natural y agradable. Dinámicamente esto también se percibe por la llegada del sistema G-Vectoring, que controla la entrega del torque y ayuda a que las curvas sean tomadas de manera más fluida y natural.

La nueva CX-5 llega a México con cuatro versiones. La básica, llamada “i”, tiene motor 2.0 litros con 153 caballos de fuerza. Su precio es de 379,900 pesos. Le sigue la “i Sport”, con mecánica similar pero con más equipo, como palanca de cambios y volante forrados de piel; asiento trasero con descansa-brazos central y el MazdaConnect, con pantalla de 7 pulgadas. Su precio es de 399,900 pesos. También con motor 2.0 pero ya con asientos de piel; quemacocos; rines de aluminio de 19 pulgadas entre otros, está la i Grand Touring; con precio de 449,900 pesos. La S Grand Touring ya tiene sonido Bose con 10 bocinas; GPS y motor 2.5 litros con 188 HP. Su precio es de 469,900 pesos. Todas usan una caja automática de seis velocidades, que ahora ya cuenta con botón “sport” para que el piloto pueda divertirse un poco más.

La marca dice que 689 partes de la CX-5 fueron mejoradas para el modelo 2018. Tal vez no sea tan sencillo percibir de inmediato, pero luego de verla y conducirla, nos quedamos con la sensación de que es más silenciosa, sofisticada, madura. La “niña” que inauguró para Mazda la filosofía SkyActive, sin llegar aún a su segunda generación, muestra que está sabiendo hacerse adulta y mantenerse tan atractiva como siempre.

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