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La memoria robada

Casa de citas

GUADALAJARA, JALISCO.- “La fundamentación para la necesidad de este doble alegato a favor de la vida hacia atrás, a favor del progreso y al mismo tiempo a favor de la memoria, lo suministran, según Marquand, las más recientes tecnologías. Incluso los nuevos medios, por ejemplo, necesitan antiguas competencias y hábitos: “ellos nos ahorran esfuerzos de información y superan las dificultades de la conducta. Cuanto mejor lo hacen, tanto más se protesta por ellos. Pero esto es totalmente normal. Cuando mejor le va a los hombres, tanto peor encuentran aquello gracias a lo cual viven mejor; pues tan pronto les va bien, se hacen la princesa del guisante. Los logros reales no se disfrutan porque se dan por supuesto. Las desventajas que quedan atraen entonces toda nuestra atención sobre ellas”.

Son desventajas que, sobre todo, resultan de nuestras exageradas expectativas y que, por consiguiente, no hablan contra los medios electrónicos, sino contra nuestras exageradas expectativas. Según Marquand, también el mal moderno de la superinformación se podría superar si el futuro recurriera al origen del ser humano. Como recurso al origen se ofrece, entre otras cosas, la oralidad, la comunicación oral. Un recurso que ya se está practicando. En vista de la cantidad de libros que crece de manera exponencial, de prescripciones de gestión y de órdenes legales, habría que sustituir cada vez más la lectura de la oralidad.

Esto no “sería en absoluto un analfabetismo de nuevo cuño, sino el arte antiguo del hombre lento” que ya se empezó a practicar con la llegada de la imprenta, en la medida en que la lectura sustituyó a la escucha de lo importante y correcto en torno al púlpito. También en el futuro hay esperanza. Se volvería la espalda al exceso de información de las pantallas y en pequeños y grandes círculos de conversación se transmitiría aquello que fuera importante y correcto. De esta manera, los acelerantes  medios de información serían domesticables  y permanecerían en la amplitud de onda del hombre lento.”

 Manfred Osten. La memoria robada. Los sistemas digitales y la destrucción de la cultura del recuerdo. Breve historia del olvido. Siruela. España. 2008. 125 págs.
 El autor es alemán. Nació en 1938. Estudió derecho, música, literatura y filosofía. Fue secretario general de la Fundación Alexander von Humbolt, en Bonn.

Contra los no fumadores


“Mi propósito en este libro es celebrar los cigarros, pero no lo es, sin duda, promover el hábito de fumar –para nada. Tampoco intento disuadir a nadie. Si quisiera hacerlo, no lo habría dicho de modo tan abrupto (es decir, disuadiendo hasta el punto de mencionar que lo estaba haciendo), guiado como estoy por el principio, que también es una de las conclusiones de este libro, según el cual la abierta condena del acto de fumar con frecuencia no logra el efecto deseado –las más de las veces logra exactamente lo opuesto, otras, solidifica el hábito y en algunos casos quizás hasta lo inicia. Para muchos, cuando de cigarros se trata, la disuasión es una manera de asegurarse de que seguirán fumando. Para otros puede llevarlos a empezar.

Un corolario de esta conclusión sostiene que no es suficiente saber que los cigarros afectan a la salud para decidir no fumar. Los efectos nocivos del tabaco se conocen desde que se introdujo en Europa al final del siglo XVI. Desde que comenzó el siglo XIX se sabe que el alcaloide de la nicotina, administrado a ratas en forma pura y dosis minúsculas, produce una muerte instantánea.

Ningún  fumador puede evitar reconocer tarde o temprano las señales que el cuerpo envía mientras envejece; de hecho, intuye el veneno desde el instante mismo en que experimenta los primeros efectos al encender un cigarro, y probablemente confirme esta certidumbre cada día con las fumadas iniciales del primero. Pero entender los efectos nocivos de los cigarros no es razón suficiente para hacer que alguien deje de fumar o se resista a empezar; por el contrario, saber que es malo parece ser una condición previa esencial para adquirir y confirmar el hábito. Es más, podría argüirse que pocas personas fumarían si los cigarros fueran benéficos, asumiendo que algo así fuera posible; el corolario afirma que si los cigarros fueran buenos para ti, entonces no serían sublimes.”

Richard Klein. Contra los no fumadores. Tumbona ediciones. México.  2008. 62 págs.
Este volumen es parte de una colección que Tumbona ediciones publica con el ánimo de animar discusiones serias sobre temas políticamente incorrectos, o con temas que necesitan una refrescada.



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