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Entre las piernas

Inseguridad por todas partes

GUADALAJARA, JALISCO (09/JUL/2011).- Hace una semana, mientras escribía sobre la obra La fe de los cerdos, pensaba en lo bien que había visto en el escenario a Humberto Armas interpretando a Fabián. Queda aún en mi memoria la imagen de ese hombre aturdido por una realidad hostil; cierro los ojos y lo veo tratando de escalar los muros, como si fuese un ratón intentando escapar de un laberinto.

Al día siguiente de escribir el texto, me enteré que Humberto Armas había muerto. La noticia me impactó y todavía me siento un poco triste cuando lo recuerdo. Luego pienso lo que suelo pensar cuando alguien muere: “Cumplió su misión aquí y se fue… ¡qué afortunado es por tener la posibilidad de surcar nuevos horizontes!”. Me gusta pensar así; duele menos y queda un mejor sabor de boca.

Lamenté mucho más el hecho de que esta situación demostrara que estamos en el hoyo en cuestión de seguridad, y no me refiero (en este momento) a las calles, sino a la ausencia de un soporte que permita que las personas que padecen la pérdida de un ser querido, tengan que estar preocupándose por cubrir los gastos funerarios, dejando de lado las lágrimas con que suele despedirse a los que se van.

Los artistas, como muchos otros individuos en esta sociedad, están desamparados en este tema. Que tengan un trabajo tan sólo les asegura un cierto ingreso para el momento; no hay posibilidad de pensar en el futuro y mucho menos en el retiro, y si hay un percance, ni siquiera tienen acceso a atención médica.

No es posible que se siga pensando que quienes se dedican a alguna manifestación artística (ya sea en la creación, ejecución o promoción) no tienen derecho a… a nada pues, simplemente no tienen derechos. El arte y la cultura no son hobbies, sino una forma de vida, un oficio, un trabajo, una profesión. Es urgente tomar medidas para otorgar a estos trabajadores lo mínimo en seguridad social.

Espero que después de tanto tratar el tema –durante varios años, por cierto–, finalmente logre concretarse la propuesta para la creación del Fondo de Apoyo Social y Económico (FASE) para los Agentes del Sector Cultural de Jalisco, que se hizo en el Foro “La Cultura en Jalisco, responsabilidad de todos”, realizado en días pasados en el Congreso del Estado.

Agradezco a Marisol Méndez por compartirme el documento, en el que se establece que FASE “plantea la formación de un fideicomiso público por el cual se convoca a los agentes culturales a
realizar un esfuerzo conjunto que les permita acceder a las prestaciones previstas en la ley como servicio médico, apoyo para el retiro y apoyo ante contingencias. Este fondo también podrá sufragar gastos de la instauración de una casa de asistencia de los agentes del sector cultura del Estado”.

Por otra parte –y para rematar con las malas noticias–, el mismo sábado que me enteré de la muerte de Humberto, me contaron que Sara Isabel Quintero fue –como ya lo han sido muchos en este país– víctima de la violencia e inseguridad; para ella y para su hija, no me queda más que enviarles un abrazo muy fuerte, pues no tengo palabras para decir más (lo siento).

En fin… como dicen por ahí: “La función debe continuar” y el teatro nos seguirá uniendo.

lexeemia@gmail.com
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