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En la cima de la FIFA
En 1975 Sepp comenza a escalar peldaños en la Federación, hasta convertirse en el hombre más poderoso que ha caído
GUADALAJARA, JALISCO (07/JUN/2015).- Joseph Blatter nació en el pequeño poblado Visp, en Suiza. Su formación educativa sucedió en su país natal, en la Universidad de Lausana. En ella estudió economía y negocios.
Su desarrollo profesional comenzó en las relaciones públicas en el área del turismo, a finales de la década de los cincuenta, para luego mudarse profesionalmente al ámbito de los deportes, donde se mantendría por el resto de su carrera y lo llevaría alrededor del mundo.
En su currículum vitae están cargos importantes en Longines (la prestigiosa marca de relojes deportivos) y en la Federación Suiza de Hockey sobre hielo. Además, aportó su talento administrativo en la organización de las Olimpiadas de 1972 y 1976 (Münich y Montreal), pero su mayor destino estaba en el balompié.
Sepp, como también le dicen, entró a trabajar en la FIFA en 1975. Durante seis años se desempeñó como director de alto nivel, encargado de las actividades relativas al futbol sala, en categorías menores (sub-20 y sub-17) y en el futbol femenil.
Más tarde fue nombrado como secretario general. Con este puesto trabajó directamente en la organización de los mundiales de España 82, México 86, Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98 y Corea del Sur-Japón 2002. Otra de sus labores fue la venta de derechos para la transmisión de los partidos mundialistas, una de las mayores fuentes de ingresos de la FIFA.
En la década de los noventa ocupó también un puesto en el Comité Olímpico Internacional (COI), debido a su alto cargo en la FIFA. El mismo COI le dio la Orden Olímpica en 1994 por su apoyo.
Fue elegido presidente en las elecciones de 1998, puesto en el que se reeligió en 2002, 2007 y 2011, hasta el reciente congreso ocurrido a finales de mayo en donde ganó las elecciones para continuar por un quinto mandato.
Cuando asumió el cargo de presidente, Blatter buscó innovar en la gestión de FIFA como una empresa. El primer gran cambió sucedió con la primera Copa Mundial de Clubes, con la primera edición en 2000, que ya tenía varios años gestándose.
La copa agremió en un solo torneo a representantes de la Concacaf, Conmebol, UEFA, CAF, AFC y OFC, es decir, todas las asociaciones regionales que ya tenían previamente torneos internacionales de clubes. Hasta hoy, el torneo sigue sin llamar la atención que generan otras competiciones regionales, como la Champions de Europa o la Libertadores de América.
Otra iniciativa fallida de Blatter fue la realización de los mundiales cada dos años: la UEFA, entre otros, se opusieron tajantemente, pues además coincidiría con la Eurocopa, y exigiría que los clubes prestaran a sus jugadores estrella mucho más tiempo.
Otro hito que abonó a los roces en la relación de la UEFA y la FIFA fue la bancarrota de ISL/ISMM, empresa propietaria de los derechos para televisión de los mundiales de 2002 y 2006. La federación internacional asumió parte de las pérdidas y deudas de la quiebra, una decisión de Blatter que en nada agradó a sus colegas.
Una polémica mayor más vino años después, cuando tenían lugar las deliberaciones para los países candidatos a ser la sede del mundial en 2010, que finalmente fue entregado a Sudáfrica, siendo el primer país africano en organizar una Copa del Mundo.
Más allá de los escándalos, el legado de Blatter en la FIFA cuenta con varias iniciativas, como la Comisión de Ética, creada a mediados del decenio pasado. Esta instancia de la federación busca combatir el racismo, el dopaje y evitar la corrupción derivada de apuestas. Otra propuesta, aunque terminó siendo descartada luego de muchos años de cabildeo, era la protección de las canteras de los equipos gracias a la norma 6+5. Al comienzo del partido, todos los equipos debían alinear por lo menos a seis jugadores nacionales. Aunque hay reglas similares en muchos países (como en México, que tiene límite de extranjeros), otras ligas son más permisivas: incluso la Unión Europea catalogó a esta posible norma de la FIFA como ilegal al violentar el derecho de los ciudadanos de la UE.
Reconocimientos
Por su papel al frente de la FIFA, Blatter ha recibido numerosos reconocimientos de clubes, gobiernos, universidades y empresas privadas. Destaca la medalla de la Legión de Honor otorgada por Francia en 2004, la medalla de la Orden de Buena Esperanza entregada por Sudáfrica en 1998, la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania en 2006 (el año en que el Mundial se llevó a cabo en ese país), la medalla venezolana de la Orden Francisco de Miranda, en 2007 y la medalla Orden del Sol Naciente, que entrega Japón. Muchos de estos y otros reconocimientos que ha recibido Joseph Blatter son el máximo galardón que otorgan los gobiernos a ciudadanos extranjeros.
FIFA y sus presidentes
La Federación Internacional de Fútbol Asociación es el máximo organismo que rige al futbol internacional. Entre sus peculiares características está el hecho de que tiene más países asociados que la propia Organización de Naciones Unidas: la FIFA trabaja con 209 países, mientras que la ONU con 193.
Además de su gran poder de convocatoria, otro detalle sobresaliente en la FIFA es la longevidad de sus mandatarios. No precisamente por la edad que llegan a alcanzar, sino por el tiempo que se mantienen en el puesto. Con 111 años de historia, la FIFA sólo ha tenido ocho presidentes, cifra que no habla muy bien de su carácter democrático.
El primero en ocupar el mayor cargo fue Robert Guérin, quien sólo duró dos años, para dejarle su lugar a Daniel Burley Woolfall, quien lo ocupó desde 1906 hasta 1918.
Inmediatamente después llegaría el famoso Jules Rimet, quien impulsó la creación de la Copa Mundial de Futbol, el evento más fuerte de la FIFA. El francés estuvo 33 años en el poder, de 1921 a 1954, poco antes de morir.
Rodolphe Seeldrayers fue un efímero ocupante de la presidencia de la FIFA, con sólo un año al frente: murió muy pronto. Lo mismo sucedió con el inglés Arthur Drewry, quien atendió la oficina de 1955 hasta su muerte, seis años después: su compatriota Stanley Rous continuó su legado hasta 1974.
Previo a Blatter, el brasileño João Havelange dirigió los destinos de la federación durante 24 años, hasta las elecciones generales de 1998, en donde Sepp fue elegido.
Las elecciones de 2015
El mundo del futbol se cimbró en los días previos a las votaciones en el congreso de FIFA en Zürich, gracias a las investigaciones del FBI estadounidense en donde más de una decena de altos mandos fueron acusados. Directivos, ex funcionarios y empresarios están involucrados en actos de corrupción, como el pacto bajo del agua para garantizar las sedes de los mundiales.
Blatter fue reelegido este 2015, pero no pasaron muchos días para que presentara su renuncia debido al escándalo de corrupción alrededor de la FIFA. Hasta el momento no hay acusaciones directas contra Sepp, pero Jack Warner (ex vicepresidente de la FIFA y de la Concacaf), afirmó tener pruebas que evidencian a más personalidades de la federación. Por su parte, la FIFA ya convocó sus miembros para elecciones extraordinarias y con ellas designar a un nuevo presidente.
Su desarrollo profesional comenzó en las relaciones públicas en el área del turismo, a finales de la década de los cincuenta, para luego mudarse profesionalmente al ámbito de los deportes, donde se mantendría por el resto de su carrera y lo llevaría alrededor del mundo.
En su currículum vitae están cargos importantes en Longines (la prestigiosa marca de relojes deportivos) y en la Federación Suiza de Hockey sobre hielo. Además, aportó su talento administrativo en la organización de las Olimpiadas de 1972 y 1976 (Münich y Montreal), pero su mayor destino estaba en el balompié.
Sepp, como también le dicen, entró a trabajar en la FIFA en 1975. Durante seis años se desempeñó como director de alto nivel, encargado de las actividades relativas al futbol sala, en categorías menores (sub-20 y sub-17) y en el futbol femenil.
Más tarde fue nombrado como secretario general. Con este puesto trabajó directamente en la organización de los mundiales de España 82, México 86, Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98 y Corea del Sur-Japón 2002. Otra de sus labores fue la venta de derechos para la transmisión de los partidos mundialistas, una de las mayores fuentes de ingresos de la FIFA.
En la década de los noventa ocupó también un puesto en el Comité Olímpico Internacional (COI), debido a su alto cargo en la FIFA. El mismo COI le dio la Orden Olímpica en 1994 por su apoyo.
Fue elegido presidente en las elecciones de 1998, puesto en el que se reeligió en 2002, 2007 y 2011, hasta el reciente congreso ocurrido a finales de mayo en donde ganó las elecciones para continuar por un quinto mandato.
Cuando asumió el cargo de presidente, Blatter buscó innovar en la gestión de FIFA como una empresa. El primer gran cambió sucedió con la primera Copa Mundial de Clubes, con la primera edición en 2000, que ya tenía varios años gestándose.
La copa agremió en un solo torneo a representantes de la Concacaf, Conmebol, UEFA, CAF, AFC y OFC, es decir, todas las asociaciones regionales que ya tenían previamente torneos internacionales de clubes. Hasta hoy, el torneo sigue sin llamar la atención que generan otras competiciones regionales, como la Champions de Europa o la Libertadores de América.
Otra iniciativa fallida de Blatter fue la realización de los mundiales cada dos años: la UEFA, entre otros, se opusieron tajantemente, pues además coincidiría con la Eurocopa, y exigiría que los clubes prestaran a sus jugadores estrella mucho más tiempo.
Otro hito que abonó a los roces en la relación de la UEFA y la FIFA fue la bancarrota de ISL/ISMM, empresa propietaria de los derechos para televisión de los mundiales de 2002 y 2006. La federación internacional asumió parte de las pérdidas y deudas de la quiebra, una decisión de Blatter que en nada agradó a sus colegas.
Una polémica mayor más vino años después, cuando tenían lugar las deliberaciones para los países candidatos a ser la sede del mundial en 2010, que finalmente fue entregado a Sudáfrica, siendo el primer país africano en organizar una Copa del Mundo.
Más allá de los escándalos, el legado de Blatter en la FIFA cuenta con varias iniciativas, como la Comisión de Ética, creada a mediados del decenio pasado. Esta instancia de la federación busca combatir el racismo, el dopaje y evitar la corrupción derivada de apuestas. Otra propuesta, aunque terminó siendo descartada luego de muchos años de cabildeo, era la protección de las canteras de los equipos gracias a la norma 6+5. Al comienzo del partido, todos los equipos debían alinear por lo menos a seis jugadores nacionales. Aunque hay reglas similares en muchos países (como en México, que tiene límite de extranjeros), otras ligas son más permisivas: incluso la Unión Europea catalogó a esta posible norma de la FIFA como ilegal al violentar el derecho de los ciudadanos de la UE.
Reconocimientos
Por su papel al frente de la FIFA, Blatter ha recibido numerosos reconocimientos de clubes, gobiernos, universidades y empresas privadas. Destaca la medalla de la Legión de Honor otorgada por Francia en 2004, la medalla de la Orden de Buena Esperanza entregada por Sudáfrica en 1998, la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania en 2006 (el año en que el Mundial se llevó a cabo en ese país), la medalla venezolana de la Orden Francisco de Miranda, en 2007 y la medalla Orden del Sol Naciente, que entrega Japón. Muchos de estos y otros reconocimientos que ha recibido Joseph Blatter son el máximo galardón que otorgan los gobiernos a ciudadanos extranjeros.
FIFA y sus presidentes
La Federación Internacional de Fútbol Asociación es el máximo organismo que rige al futbol internacional. Entre sus peculiares características está el hecho de que tiene más países asociados que la propia Organización de Naciones Unidas: la FIFA trabaja con 209 países, mientras que la ONU con 193.
Además de su gran poder de convocatoria, otro detalle sobresaliente en la FIFA es la longevidad de sus mandatarios. No precisamente por la edad que llegan a alcanzar, sino por el tiempo que se mantienen en el puesto. Con 111 años de historia, la FIFA sólo ha tenido ocho presidentes, cifra que no habla muy bien de su carácter democrático.
El primero en ocupar el mayor cargo fue Robert Guérin, quien sólo duró dos años, para dejarle su lugar a Daniel Burley Woolfall, quien lo ocupó desde 1906 hasta 1918.
Inmediatamente después llegaría el famoso Jules Rimet, quien impulsó la creación de la Copa Mundial de Futbol, el evento más fuerte de la FIFA. El francés estuvo 33 años en el poder, de 1921 a 1954, poco antes de morir.
Rodolphe Seeldrayers fue un efímero ocupante de la presidencia de la FIFA, con sólo un año al frente: murió muy pronto. Lo mismo sucedió con el inglés Arthur Drewry, quien atendió la oficina de 1955 hasta su muerte, seis años después: su compatriota Stanley Rous continuó su legado hasta 1974.
Previo a Blatter, el brasileño João Havelange dirigió los destinos de la federación durante 24 años, hasta las elecciones generales de 1998, en donde Sepp fue elegido.
Las elecciones de 2015
El mundo del futbol se cimbró en los días previos a las votaciones en el congreso de FIFA en Zürich, gracias a las investigaciones del FBI estadounidense en donde más de una decena de altos mandos fueron acusados. Directivos, ex funcionarios y empresarios están involucrados en actos de corrupción, como el pacto bajo del agua para garantizar las sedes de los mundiales.
Blatter fue reelegido este 2015, pero no pasaron muchos días para que presentara su renuncia debido al escándalo de corrupción alrededor de la FIFA. Hasta el momento no hay acusaciones directas contra Sepp, pero Jack Warner (ex vicepresidente de la FIFA y de la Concacaf), afirmó tener pruebas que evidencian a más personalidades de la federación. Por su parte, la FIFA ya convocó sus miembros para elecciones extraordinarias y con ellas designar a un nuevo presidente.
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