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El zapateado más tapatío

El paso del Ballet Folclórico de la UdeG ha enchinado la piel del mundo

GUADALAJARA, JALISCO (04/SEP/2016).- Bailar tres mil veces el “Son de la Negra” en el Teatro Degollado no es suficiente. El Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara quiere más y a propósito de sus 50 años de trayectoria, el ensamble dancístico retorna al recinto tapatío para seguir zapateando cómo solo sus bailarines saben.

Se cumplen 50 años de historia, de anécdotas que han inmortalizado al ballet folclórico universitario por el mundo, de recordar cuando bailaron en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972 en tierras alemanas, de cómo enchinan la piel y hacen vibrar al orgullo mexicano, jalisciense y tapatío cuando el traje de charro sigue el ritmo de “El tranchete” o “La culebra”.

Los festejos por cinco décadas frente a los escenarios tienen la expectativa de seguir hasta 2017, visualizando una magna presentación en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, no sin antes memorar en su tierra a sus fundadores, a los bailarines que de manera voluntaria se han sumado para aprenderse cada zapateado, de cómo han cautivado a más de 10 millones de espectadores dentro y fuera de las fronteras mexicanas.

Para Carlos Ochoa, actual director del cuerpo dancístico, no existe peor ni mejor época del ballet. Desde su creación en 1960 y su formalización en 1966 bajo el arropo de la Universidad de Guadalajara, cada uno de los directores ha dado lo mejor de sí para profesionalizar la vocación, para ser un estandarte del colorido jalisciense, de cómo pese a la escases de recursos para impulsarlo aún más, el ballet folclórico sigue siendo de esos espectáculos destinados a la inmortalidad.

Los responsables fueron los maestros y bailarines Emilio Pulido, Melitón Salas y Daniel González Romero, que sin dudarlo pusieron los primeros clavos sobre los escenarios para que la Escuela de Artes Plásticas tuviera su primer grupo folclórico y el también bailarín, escultor y pintor, Rafael Zamarripa, se consagrara como el primer director artístico, marcando estilo y pasión hasta 1979.

Leyenda viva

Carlos Ochoa, director artístico del Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara, destaca que de cada 10 jóvenes que muestran un interés por el zapateado, solamente dos perduran en la profesión, situación que sigue representando un reto para el cuerpo dancístico para seguir trasmitiendo esta tradición a las nuevas generaciones.

Caso contrario ocurre con las mujeres, esas sí se enamoran con más facilidad del caminado, de la punta, de la fuerza de los tacones, de los cepillos con rueda, de las patadas con giro, de los vuelos multicolor de las faldas, del impecable maquillaje y peinado, de la sonrisa eterna cuando el público aplaude.

“Llegan jóvenes que quieren ingresar pero ya que ven el trabajo que es, no les gusta, de 10 -aspirantes- se quedan dos. Llegan desde los 14 años hasta los 25, en la preparación llevan ballet clásico y a veces a muchos no les gusta eso, pero esa es la preparación para cualquier bailarín. En las mujeres es más fácil, pero a quién le gusta está y se queda”.

Muestra de esa pasión han destacado personajes indispensables en la trascendencia del Ballet Folclórico al tener en sus filas a bailarines solistas de renombre como Fernando Delgadillo, Paulina Mercado, David Jiménez e Isaac Mercado, quienes a su vez han sido responsables de la formación de nuevos talentos surgidos en el ballet folclórico infantil.

Carlos Ernesto Ochoa, director artístico del Ballet Folclórico de la UdeG, presume con orgullo que el ensamble dancístico fue el que marcó espectáculos de relevancia local en el Teatro Degollado, pues para sus inicios no existía la ahora entonces Orquesta Filarmónica de Jalisco, formalizada hasta 1988 cuando dejó de ser la Orquesta Sinfónica de Guadalajara.

“Cuando iniciamos solo está el grupo de la universidad, en el Teatro Degollado no había ningún evento, estaba diario solo, nosotros iniciamos antes que la Filarmónica, tenemos más tiempo. De ahí se inicia una gran temporada de toda la vida donde participamos cada ocho días”.

“Yo he trabajado muchos proyectos pero no se han podido llevar a cabo por falta de recursos. Yo he creado viente y que están puestas en escena. Hace dos años monté ‘Sinaloa’ pero no se pudo realizar”, explica el director que goza de una trayectoria de más de 50 años de carrera como bailarín, maestro y director.

En 1962 egresó de la Escuela de Artes Plásticas como pintor y posteriormente se integró a los talleres de danza folclórica mostrando un talento único en el zapateado, lo que le valió ser invitado al ballet folclórico universitario en 1964. Tal fue estilo marcado y pasión desbordada sobre el escenario, que Carlos Ochoa recibe una nueva invitación en 1970 por parte de Amalia Hernández, del entonces Ballet Folclórico de México, para sumarse a su cuerpo dancístico y emprender una gira que duraría cuatro años.

“Tuve un aprendizaje tremendo, porque aparte de bailar me dedicaba a investigar sobre escenografía, diseño de vestuario, maquillaje, para después traer esos aportes al Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara, para hacerlo más profesional”.

Ahora con una nueva visión de investigación y profesionalización de baile folclórico, en 1975, Carlos Ochoa forma parte de los maestros fundadores de la Carrera de Danza en la Escuela de Artes Plásticas, enfocándose en la enseñanza de escenografía y danza, además de crear al grupo residente del ballet folclórico en la ciudad, ante las constantes giras que el ensamble oficial tenía por el país o en Europa.

“Con 38 años de experiencia y gran labor he llevado la compañía a lograr un alto nivel profesional, he implementado diferentes técnicas en la preparación e investigación de la danza en varios estados de la República Mexicana, resultando un gran repertorio profesional con el que ahora cuenta el Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara”, expresa el director artístico que a lo largo de su carrera ha creado más de veinte números musicales para las presentaciones del conjunto dancístico.

NUMERALIA
El ritmo a lo largo del tiempo

1966 año en que se oficializa el que el Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara por el entonces rector, Ignacio Maciel Salcedo.

200 giras internacionales

10 millones de espectadores ha tenido el Ballet Folclórico en el mundo

30 países ha visitado el Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara con presentaciones oficiales.

1968 año en que el pintor, escultor y también bailarín Rafael Zamarripa se convierte en el primer director artístico del ballet folclórico.

Tres mil presentaciones ha tenido el Ballet Folclórico de la UdeG en el Teatro Degollado.

1970 el año en el que Víctor Manuel Amaral se integra al Ballet Folclórico  creando un coro de voces mixtas.

32 bailarines integran al Ballet Folclórico

32 cantantes integran al Ballet Folclórico

1991 año en el que nace la Asociación Civil Decanos del Grupo Folclórico de la UdeG.

168 artistas conforman en total la trayectoria artística del Ballet Folclórico de la UdeG.

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Festejos por el 50 aniversario del Ballet Folclórico de la UdeG en el Teatro Degollado los días 11 y 18 de septiembre para las funciones de gala conmemorativa, teniendo a los decanos del Grupo Folclórico como protagonistas, mientras que los días 2, 9, 23 y 30 de octubre se reactivará la programación para seguir con el aniversario, a las 18:00 h. para cada presentación. Boletos de 80 a 350 pesos. balletfolcloricoudeg.mx

EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ

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