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El alma del movimiento

El gran sedán de Mazda se renueva para encarar de frente a duros rivales

GUADALAJARA, JALISCO (09/FEB/2013).- Desde 2011, prácticamente todos los sedanes en el segmento considerado de lujo en México, habían sido renovados. Faltaba el Mazda 6. Ya no. El mayor de los Mazda cambió, se adaptó a la filosofía Skyactive y renovó las fuerzas para enfrentar una muy difícil pelea.

Desde la presentación del concepto Shinari, en el salón de Tokio a finales de 2011, se vislumbraba ya las líneas de la nueva filosofía de diseño de Mazda, adaptada a sus sedanes. No fue hasta mediados de 2012, en Moscú, cuando se pudieron conocer las formas definitivas del Mazda 6, que llegará a México en marzo próximo, con una gama de precios en un rango (el precio exacto aún no lo difunde la marca) entre 319 y 404 mil pesos.

En la calle, el auto se ve tan o más bonito que en los salones donde antes lo habíamos observado. Largo y esbelto, su frente exhibe el “ala” cromada que conforma la parte baja de la parrilla y superior de los faros. Con forma tridimensional, ese elemento recuerda la lámina de un guerrero y aumenta el dinamismo que se percibe en todo el auto, que incluso detenido nos deja la sensación de un felino listo para el ataque, lo que se ve también en la silueta, en el costado y en la parte trasera.

Tanta riqueza visual exterior, nos prepara mentalmente para un interior igualmente atrevido, con formas tan innovadoras como las de su lámina. Pero no es así. Por dentro el Mazda 6 es un auto bien hecho, producido con cuidado suficiente para no dejar ruidos y con materiales tan bien elegidos que son agradables al tacto. Es funcional, amplio, práctico. Pero aburrido. Al menos en nuestra opinión. Es prácticamente idéntico al de la CX-5.

El nivel de equipamiento es muy bueno y pese a que todavía falta conocer a los que vendrán a nuestro país cuando arribe al auto, podemos decir que nadie debe quejarse por la falta de nada. Hay asientos forrados de buena piel; quemacocos; un buen sonido firmado por Bose; una pantalla táctil de 5.8 pulgadas; navegación por GPS provista por TomTom; aire acondicionado digital dual y una larga lista que lo pone al mismo nivel de la exigencia de este segmento.

El espacio es bueno para cinco adultos, pero como siempre, mejor si son solo dos los ocupantes del asiento trasero. La visibilidad es muy buena y el conductor, de casi cualquier estatura, encontrará buena posición de manejo.

“Zoom Zoom” con responsabilidad

Al igual que la CX-5, el nuevo Mazda 6 fue construido dentro de las nuevas filosofías de la marca, llamada Kodo con relación al diseño, que en japonés significa “el alma del movimiento” y Skyactive en la ingeniería, que es una apuesta de la marca por hacer más eficientes a los autos con motores de combustión interna.

Esa filosofía implica que todo el diseño del coche está pensado para sus partes en conjunto las unas con las otras, sin adaptar por ejemplo, la estructura para soportar a un motor mayor o más pesado. Así, el Mazda 6 no tendrá una máquina con seis cilindros o turbo, pero sí un motor de cuatro cilindros, con 2.5 litros de desplazamiento y 184 caballos de fuerza. Es una potencia suficiente para luchar contra autos como el Honda Accord de cuatro cilindros, probablemente su más complicado enemigo, al igual que Altima o Camry, en versiones similares.

Tiene, además, la ventaja de la belleza que aunque es subjetiva, en su caso agrada a la mayoría y será un arma fuerte en un universo plagados por propuestas poco creativas, con raras excepciones.

Quien ya no estaba considerando un Mazda 6 cuando pensaba en un auto amplio, equipado, confiable y bien hecho en este segmento, ahora tendrá que hacerlo. Y no sólo porque al renovarse, recibe la tan buscada frescura visual, pero también porque el que quiera algo de diversión en el segmento de los cuatro cilindros sin ser obligado a usar una caja de cambios CVT, por ejemplo, no tendrá muchas opciones mejores que el nuevo y precioso Mazda 6.

EL DATO

Sensación de manejo

Con una caja automática de seis cambios, con convertidor de par en altas revoluciones (la misma que usa la CX-5), el auto se siente brioso. Muestra un gran aplomo tanto en rectas como en curvas. La dirección es rápida, precisa y comunicativa, dejándonos saber todo el tiempo dónde estamos pisando. Claro, no tiene el torque de un V6 o la aceleración de un turbo como el Fusion EcoBoost, pero es un rival digno en todo el momento ante sus competidores directos.
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