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De perseguidos a promotores de ideas: 20 años de ‘El Cultu’

El tianguis cultural celebra dos décadas de diversidad, multiculturalidad, música y mucha buena vibra

GUADALAJARA, JALISCO (20/DIC/2015).- Ya no importa si son punks, metaleros, rockeros, rastafaris, cholos, fresas o futboleros; todos tienen cabida en el Tianguis Cultural de Guadalajara y no sólo eso, sino que encuentran artículos pensados para ellos: playeras, tazas, peluches alternativos, cactus, comida vegetariana, instrumentos musicales, inciensos, arte wixárika, piercings, ropa, lentes, películas de culto, juguetes, anime ,camisetas de futbol, cadenas,  todo tipo de discos y más cosas que se venden o intercambian cada sábado.

Pero hace 20 años, cuando el espacio nació frente al Ex Convento del Carmen —en el Jardín del Carmen— con apenas cuatro o cinco expositores (hoy hay más de 600) no había tanta tolerancia ni apoyo de las autoridades; el Centro tapatío de los noventa creía que los comerciantes de “El Cultu” afeaban la ciudad y los detractores hicieron todo lo que estuvo a su alcance para aminorar los ánimos de aquellos que buscaban expresarse diferente a lo “normal”. Fracasaron.

Benjamín Quirarte, quien ha sido parte de este proyecto desde su segundo día, recuerda las persecuciones que padecieron como si hubiera sido ayer y con orgullo cuenta que lograron ganarse el respeto de esos agentes que no los querían sólo porque “andábamos vestidos de negro”. “Lo que nos decía la policía —obviamente no lo declaraban en los medios— es que afeábamos la ciudad, que estábamos muy feos, que no era un lugar para que estuviéramos nosotros, sino para las familias y las personas normales; y nosotros les decíamos que aunque nos vestíamos de forma distinta no éramos diferentes, sino que teníamos una manera distinta de expresarnos”.

El líder de la banda de punk Fallas del Sistema cuenta que se empezaron a juntar muchos jóvenes en el tianguis, por lo que personas de la iglesia que está al lado se asustaban y en consecuencia la policía empezó a detener y llevar a la cárcel por nada a todos los “rockers”. “Fue una lucha como de dos años para que nos dejaran en paz, en esa época que comenzaba el tianguis éramos los primeros que molestaban. Pero nos empezamos a organizar y de ser los primeros que detenían, pasamos a ser los únicos que no. Nos costó mucho trabajo sólo caminar en la calle y vestir de la forma que queríamos”.

“Min” rememora que hace 20 años era más un tianguis de artesanías, de libros y cosas culturales y ellos —los de la comuna integrada por 40 mujeres y 30 hombres— llevaron la música, en especial el rock. “Lo que hacíamos al principio era intercambio, trueque, y en el colectivo llegamos a actividades como pequeños conciertos, lectura de poemas, cosas ecologistas, positivas; nos acompañaban artistas también de hip hop o metal”.

Una vez que llegaron a Plaza Juárez, su actual morada, siguieron con la misma filosofía, aunque con muchos más expositores. “De ser pequeño y completamente contracultural se ha hecho un tianguis de la diversidad, ya no solamente es rock, sino que hay muchas movidas. A mí me gusta mucho, inclusive en su momento nos decían indeseados y ahora es promovido a nivel nacional como un lugar para visitar”.

Quirarte, cuyo puesto oferta playeras, discos y comida vegetariana, resalta que aunque ya no tienen el colectivo de La Comuna Libertaria, siguen haciendo actividades que tienen que ver con la ecología u otras como la del domingo pasado de “punk picnic”. “Aunque quienes vamos ya no nos vemos tan punk, lo importante del movimiento eran las ideas, que son solidaridad, apoyo mutuo. Nos gusta porque es un lugar donde difundimos las ideas, aquí vienen muchos jóvenes, hacemos talleres, presentaciones de libros, ha evolucionado satisfactoriamente”.

Un lugar para la izquierda

“La historia de los Vikingos”, “Las mujeres en la izquierda” y otros títulos se pueden comprar en el puesto de Gabriel, quien pertenece a la organización “Rojos y anarquistas skinheads (Rash) sección Guadalajara”. El integrante activo explica que distribuyen cosas contraculturales que tienen que ver con la ideología del colectivo. “Es sobre el anarquismo: textos, películas y música folclórica que algunos comenzamos escuchando (…) música que es de izquierda. Son textos que yo me encargo de armar y que forman parte de la historia izquierdista de México, de lo que pasaba en los años sesenta y setenta”.

Para Gabriel, en los 20 años del Tianguis Cultural ha habido una “desevolución” debido a que han dejado que se integren muchos expositores que no ofertan artículos relacionados con la cultura. “La mayoría que empezaba vendía discos, música, rock, textos, libros... ahora ves un tianguis normal, no tiene ya nada de cultura, con ropa en serie, lentes, que a la vez no es malo, pero si se llama tianguis cultural tiene que ser sobre cultura”.

El tianguis vive ‘un momento significativo’

Antonio Robles, presidente del Tianguis Cultural de Guadalajara y encargado del foro, considera que el espacio vive un “momento significativo” que coincide con el cambio de administración, la cual ha lanzado  buenas señales. “El tianguis nace en 1995, a partir del 2002 el Ayuntamiento toma la administración y lo intenta transformar en algo comercial, olvidando que somos un proyecto de promoción cultural”.

Señala que la lucha ha sido por que se reconozca como un espacio diferente, algo que han logrado a cuentagotas: “Por ejemplo  se hizo un reglamento, que es particular, que es reglamento exclusivamente para nosotros. Actualmente somos administrados por la Dirección de Cultura de Guadalajara, ya hay reconocimiento. Tenemos un padrón de casi 600 expositores, pero aparte hay otros que se toleran, calculamos que somos 650”.

Para el festejo del 20 aniversario, las autoridades de “El Cultu” realizaron un concierto (apoyado con la producción del Ayuntamiento de Guadalajara) con las bandas La Minerva, No tiene la Vaca, Zanate y asociados, Cavarett Noise Colective y La Mugrosa Ska, que dio su último show acompañada de invitados especiales y con canciones que hace años no tocaban.

Racho Gutiérrez, bajista y fundador del grupo, compartió que eligieron despedirse de su público en el Tianguis Cultural porque fue de los primeros espacios que les dieron la oportunidad de tocar. “Creemos que todo ciclo tiene un final, en esta ocasión nos toca después de nueve años de estar tocando con este proyecto. Creemos que ya llegó la hora de dejar esto, no sabemos si en pausa o definitivo, pero por el momento vamos a terminar con este ciclo. Anuar —el baterista—, mi hermano, y yo vamos al extranjero a formar otros proyectos”.

Sustento de familias

Edgar Pantoja, quien también formó parte de La Comuna Libertaria, creó su propia marca de ropa llamada Radical Tenders con la cual ayuda en la economía familiar y sin dejar de lado la “contracultura”.

“La contracultura es todo lo que es cultura que se opone a la cultura establecida, más que nada son alternativas, otras formas de vida. Nosotros hacemos ropa de una manera autogestiva. Fabricamos la playera, las prendas, las imprimimos. Los mismos amigos me ayudan a trabajar, como nosotros fabricamos hay otras dos familias que se benefician, por ejemplo la persona que me cose, que me corta, generamos trabajo”.

Acompañado de su esposa y de su hijo, quien lo abraza cuando le toman una fotografía, atiende un puesto lleno de playeras de íconos culturales, como una de Edgar Allan Poe. “El Tianguis Cultural ha tenido un crecimiento tanto positivo como negativo, tenemos una forma de alimentar a familias, lo negativo es que se ha comercializado con productos como lentes que no tienen nada que ver con lo cultural. Lo positivo es que sigue habiendo gente como empezó. Hay quienes siguen haciendo proyectos de trabajo comunitario o colectivos, hacen publicaciones, videos, sigue habiendo distribución”.
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