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D´Karina pastelería

Mujeres que dejan huella

Karina estaba decidida a que su futuro iba a estar dentro de los confines de la cocina. Sabiendo preparar platillos de diferentes países del mundo: hindú, china, italiana, francesa, árabe. Su predilección fue la repostería. En el colegio estudió clases de cocina, empezando a coleccionar recetas, más adelante se presentó la oportunidad de ir a Francia a estudiar Gastronomía, radicó en Lyon trabajando en el restaurante Petit Versailles para enseguida desplazarse a París donde cursó Cordon Blue laborando en sus cocinas, de la mañana a la noche como stage apoyando a chefs. Estudió cocina y repostería básica, intermedia y avanzada.

Una vida llena de emociones, Karina detalla: “Regresé a México y seguí estudiando con Benoit Gallito y Maricu donde tomé varios cursos. Tomé un diplomado en repostería con Nora de la Pava, Jacques Bergeraut, Dan Bud, Jacky Pfiffer, Frederick Verville. Me especialicé en repostería Austriaca, durante ocho meses en Viena, para irme a Irlanda a estudiar la cocina hindú. Se gastronomía en general, pero estoy enfocada en la repostería. Y en Guadalajara comencé a dar cursos, pero cuando me casé, cambié mi residencia a Hermosillo, Sonora donde impartí clases, después me trasladé a la ciudad de México donde seguí estudiando durante tres años con chefs de fuera y locales. Regresé a Guadalajara en 1998 decidí poner un negocio para ofrecer mis selecciones de repostería bajo pedido, como la trenza de manzana, galletas, pastel de chocolate, gelatina de yogurt, de cajeta y fruit cack´s, eso sólo en la temporada navideña.

Mi primera repostería estaba en mi casa en Buenos Aires, allí presenté recetas nuevas de pasteles de zitronen, trufa, avellana, flan de queso con cajeta, y gelatinas de diferentes tipos y sabores.

En este tiempo me contrataron en los helados Santa Clara para hacer los postres, estuve sólo un tiempo. Así abrí mi primera tienda en el año 2000, pero el establecimiento era en mi casa y el negocio me fue comiendo el espacio, Los primeros años fueron ‘matadísimos’, dormía cuatro horas, no tenía descanso ni los fines de semana, mi mamá y yo trabajamos juntas, ella entregaba y lavaba trastes mientras  yo horneaba. En el 2001 abrí una repostería en Chapalita, y movimos la de Rubén Darío por esa misma calle, a otro establecimiento con todo el confort. Allí nuestras especialidades eran: eventos con canapés, barras de postres, botanas, todo bajo pedido y pasteles sobre diseño; además: roles de canela, funge de chocolate y las charolas surtidas de galletas -¡que son un éxito!- brownies de chocolate, blondies de chabacano, alfajores, barritas de nuez, polvorones. Dos años más tarde abrimos la sucursal de Las Águilas. La especialidad que más me piden es el zitronen, pero tenemos 12 variedades de pasteles que se venden muy bien”.

En cuanto a la calidad de sus productos Karina expresa: “Mi primacía es cuidar la calidad, los mejores ingredientes que existen, el chocolate es de Bélgica, la almendra importada de primera calidad, los glaseados todos son franceses y europeos, no manejamos conservadores, no usamos cítricos artificiales, nosotros exprimimos los limones, toda la fruta es natural, casi no usamos polvo para hornear, todo es técnica. Ahora mi empresa se compone de 26 personas. Las recetas deben estarse modificando, incluso por el clima, el tiempo de horneado, batido, cantidad de royal, todo cambia y depende de la temporada del año. La crema para batir cuando llueve no monta igual, porque la vaca come pasto que tiene más agua y su leche es más aguada, tenemos que hacer maravillas para que salga bien”.

El lema de Karina, como empresa es: “Nosotros hacemos diseño, técnica, la repostería es un arte y es química”.

Visita su pagina web: www.dkarina.com

mayalemus@hotmail.com

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