Suplementos

Boliche, mejor en el mundo real

Aunque se puede jugar boliche en el mundo virtual, siempre es mejor la realidad

GUADALAJARA, JALISCO (02/JUN/2013).- A 25 metros de distancia está tu rival. Ha invitado a nueve amigos para intimidarte, todos se colocan detrás de su líder. Los 10 te miran fijamente sin pestañear, sin moverse ni un centímetro. “No saben con quién se meten”, piensas mientras amarras las agujetas de tus zapatos de lucha. Rápidamente te incorporas y te armas con una bola de cuatro kilos y medio (quizá más –o menos–, eso depende de qué tan cómodo te sientas). El duelo está por comenzar. Ahora sí… ¡tiemblen pinos!

Te colocas atrás de la línea de foul; sostienes la bola con tu mano derecha (o izquierda, según tu preferencia), miras fijamente hacia adelante sin perder de foco a tus oponentes, y comienzas a caminar hacia adelante: uno, dos, tres, cuatro, al tiempo que lanzas la mano que sostiene la bola hacia abajo, atrás y adelante (como si se tratara de un péndulo); centímetros antes de la línea de foul te inclinas un poco y pasas la pierna derecha (o izquierda) hacia atrás –ligeramente–y lanzas hacia adelante la bola fijándote que el dedo pulgar marque la trayectoria para derribar los pinos que no tiemblan ni siquiera un poco.

Si lo has hecho bien, la bola seguirá la trayectoria que mentalmente has marcado y será su fin, el intenso golpe los hará caer al piso ocasionando un fuerte estruendo; si no, quizá puedas alcanzar a ver una mueca de burla cuando la bola se vaya por el canal: “Mejor suerte para la próxima ocasión”, dirá el líder de la banda.

Ésta podría ser una forma de ver al boliche, un deporte que puede congregar a muchas personas o sólo a una; una forma de pasar el tiempo bien, pues de eso se trata, de divertirse, incluso quienes los practican como profesionales lo ven así.

Jugar en el mundo virtual


Para jugar boliche hoy, basta con una televisión y una consola de videojuegos (además de un control en el caso del Wii y el Playstation 3, y un espacio de al menos un metro para que el kinect del Xbox pueda escanear tu cuerpo). La técnica no es indispensable, incluso a veces ésta es inútil, pues en el mundo de los videojuegos los jugadores amateurs y los profesionales suelen intercambiar roles.

Jugar bolos, como decía Pedro Picapiedra, es sencillo. En la pantalla hay flechas que marcan la trayectoria que seguirá la imaginaria bola según sea el tiro. Quienes apenas inician en el juego (incluso en el mundo real) tienden a lanzarla en línea recta, golpear el pino del centro con fuerza para que se caigan los otros nueve como si se tratara de fichas de dominó.

En el mundo virtual los spares y los strikes (las chuzas) son comunes; el agotamiento no tanto, ni el esfuerzo, por más que se mueva el brazo. La emoción por derribar los pinos, casi es la misma... incluso el espontáneo baile o el grito desaforado.

Pero la verdad es que el juego siempre será más emocionante en la vida real, además de que implicará un reto personal para cada jugador; hasta un análisis: “A ver, como que me incliné de más y entonces eso hizo que la pierna derecha jalara el brazo. Evitaré eso en mi próximo tiro”.

La realidad supera a la ficción


Aquí sí la supera. Si bien jugar boliche en la virtualidad puede ser emocionante, la verdad es que siempre será mucho más atractivo en el mundo real, y también más complicado. Para empezar, hay que dar con la bola ideal... ésa que nunca se toca en los videojuegos. Esta tarea no es nada sencilla.

Las bolas pesan entre seis y 16 libras (2.7 y 7.3 kilos). Angélica Wong, jugadora profesional de boliche (quien da clases en el Bol Guadalajara), dice que debes elegir la que puedas cargar, según tu complexión física.

El detalle está en que a veces las “llaves” (el tamaño de los huecos para introducir tus dedos y la distancia entre éstos) puede no ser la adecuada para ti, lo que podría resultar en que utilices una bola más o menos pesada.

En los boleramas las llaves de las bolas son estándar; los jugadores frecuentes suelen adquieren una bola que se adecua a sus características físicas.

Una vez elegida la bola, no la pierdas de vista, pero también comienza a practicar el movimiento. Angélica dice que la bola en tu brazo forman un péndulo, aunque para saber más detalles lo ideal será buscar una clase con ella (los miércoles, a las 11:00 horas, en el Bol Guadalajara).

Es probable que Graciela Orozco, una de sus alumnas, ya ni siquiera piense en el péndulo cuando hace un tiro, aunque una vez que se para frente a los 10 pinos se percibe su concentración: “En cuatro tiempos tienes que llegar”. Camina y hace el tiro. “El pulgar debe estar hacia arriba, es el que dirige la bola”.

En verdad parece más fácil de lo que es. Jorge Fabris, gerente del lugar, asegura que se trata de un “deporte mental”, pero es también una forma de divertirse con amigos, la familia o con uno mismo.


Para saber

¡A jugar!

 Hace más de 45 años se instaló a unos pasos de la glorieta Minerva el Bol Guadalajara, un edificio que luce un intenso rojo en su exterior. Es de los boleramas AMF: “Always Means Fun”, un lema que se adhiere a las características del inmueble situado en Golfo de Cortés 2880.

Jorge Fabris, gerente del lugar, asegura que ahí van dos tipos de personas: “Los que participan en torneos o ligas que se celebran una vez por semana, y los que acuden a divertirse, que son jugadores menos frecuentes”.

El Bol Guadalajara abre todos los días de 9:00 a 23:00 horas; a partir de las seis de la tarde suele estar más lleno.

La línea cuesta 55 pesos, pero hay diversas promociones: de cinco a nueve líneas, con 30% de descuento; de una a cuatro, con 25%; y para más de nueve un 35 por ciento.

Se imparten clases los miércoles, de 11:00 a 13:00 horas, y los sábados, de 12:00 a 17:00 horas.

El lugar cuenta con área VIP con cinco pistas adicionales, mesa de billar, barra e iluminación especial para fiestas o “mini torneos”
Síguenos en

Temas

Sigue navegando