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Benito Rodríguez: la cuestión es arriesgar, atreverse…
El tenor tapatío ha acanzado sus metas en el mundo del bel canto; pronto firmará con la Viena State Opera
De esta forma, a poco de trasladarse a Europa para incorporarse a la prestigiosa compañía Vienna State Opera, Rodríguez afirma que esto significa “un sueño hecho realidad, jamás imaginé todo el proceso que iba a tomar y hasta dónde iba a llegar; comencé en el Coro de Tequila y de ahí se fueron dando las oportunidades que me llevaron a donde ahora estoy, viviendo en Nueva York y a punto de ir a radicar en el viejo continente”.
En 2011, el joven intérprete se integró al Coro de Tequila que apoya la Fundación José Cuervo; relata que “en un principio no cantaba ópera, yo terminé mi carrera como Ingeniero Industrial y, en ese tiempo, conocí a la maestra Lupita Chavira, directora del coro, quien me dijo que me ayudaría y enseñaría. De esa forma comencé a ir al grupo los martes y jueves, por las tardes, durante un año más o menos”.
Fue así que, en el programa de cursos y talleres que la fundación organiza en los veranos, Rodríguez tuvo oportunidad de conocer, de entre los grandes maestros que asisten a Tequila para estas sesiones, a Teresa Rodríguez, quien le invitó a integrarse al programa de Ópera Artescénica y, después de eso, fue invitado (tras de su éxito en el proyecto “Revealing The Opera”) a hacer una audición “en el taller de ópera más importante que hay en México”, en la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano (SIVAM) —cuyo vicepresidente es Plácido Domingo—, “lo que es el sueño de cualquiera que estudia ópera en el país”, dice el tenor tapatío.
En la SIVAM se especializan en proveer a los estudiantes seleccionados con preparación de la más alta calidad, con maestros de talla internacional, “y todos los cantantes de México que actualmente están en el circuito mundial han salido se ahí”; de este modo —detalla el cantante—, tras pasar dos años en este nicho formativo, “una coach del Metropolitan Opera House (MET), Joan Bonneman, me invitó para ir a Nueva York a estudiar y cambié de residencia”.
El honor de volver
Con todo, Rodríguez no olvida sus orígenes y, por ello, ha participado los últimos tres años en el Festival Cultural de Tequila que auspicia la Fundación José Cuervo: “Aquí comencé mi formación, empecé haciendo papeles pequeños bajo la tutela de maestros reconocidos y, en 2014, tuve uno de los papeles centrales; ahora, este año, obtuve el rol principal del montaje impresionante que se hizo de ‘Elíxir de amor’ para esta edición de la Academia y Festival de Música de Tequila 2015”.
Así, detalla, “la verdad, nunca terminaría de retribuir lo que Tequila me ha dado y ha hecho por mí, la vida que me han brindado a mí y a otras personas, porque han sido un apoyo para todos aquellos que integran el coro, de diferentes edades. Yo no lo veo como una forma de retribución —ojalá pudiera—, para mí es un honor estar aquí y ser parte de los grandes proyectos que tienen lugar en este sitio de Jalisco”.
Crecimiento e invitaciones
Actualmente Benito se encuentra inscrito en un programa de formación que desarrollan en conjunto el MET y la Juilliard School, el célebre conservatorio de artes de Nueva York, “donde he tomado clases con los maestros de ambas instituciones”.
Con todo, su gran oportunidad se dio cuando estelarizó la premiere en la Gran Manzana de la ópera “Il Postino’, de Daniel Catán, en mayo de 2014; luego tomó parte en el Festival de Ópera de Montreal, Canadá, y refiere que la experiencia “ha resultado fundamental para mi carrera y continuar con mi crecimiento”.
Este verano, no sólo visitó Tequila, Jalisco, fue invitado a participar en el festival Medierranean Opera Studio (MOS), en Sicilia, Italia, lo que en su opinión le ganó una nueva propuesta de trabajo, esta vez para trasladarse a Viena, Austria, y cantar dentro de la compañía Vienna State Opera, una de las más importantes a nivel mundial.
Giro total
Estos últimos cuatro años representan “un giro total” en la vida de Benito Rodríguez, “porque esto era un sueño y, como tal, lo veía como algo imposible; en mis inicios, iba yo a Tequila porque me gusta cantar, pero no imaginaba la vuelta que iba a dar mi existencia”.
Y todo impulso tiene un motivo, en el caso del jalisciense, fue la música; “porque es algo que te llena de todo tipo de emociones, el canto —en particular— hace que la gente se reúna y en mi familia, donde somos bohemios desde siempre, siempre nos reunimos y cantamos. Cantar me llena de armonía, me da paz, me baja el estrés y, hoy día, es mi vida completa, estoy haciendo lo que realmente me gusta. No podría regresar a lo de antes”.
En estos términos, el tenor admite que en un principio, como todo, “es difícil, pero ahora estoy bien, la pasión ha pagado”; a estas alturas, a punto de firmar su contrato con la Vienna State Opera, “mi expectativa es empezar a cantar en los teatros más importantes, es mi meta principal y, como admirador del tenor mexicano Rolando Villazón, me encantaría tomar su rumbo, seguir sus pasos”.
Las palabras de Rodríguez son claras cuando se trata de aconsejar a los más jóvenes, “lo que a mí me ha servido es que hay que arrojarse, atreverse a hacer las cosas; un joven no debe pensar que no está listo, si cree eso y espera a creerlo quizá no llegue el momento. La cuestión es arriesgar, salir a hacer audiciones; la verdad es que las oportunidades están ahí y muchas veces lo que se necesita es echarle ganas”.
SABER MÁS
Un vistazo a su carrera
El debut de Benito Rodríguez en la ópera se dio en 2011, cuando interpretó el papel de Rodolfo en un montaje de “La Bohème”. Ha cantado en diferentes partes del mundo, como los Estados Unidos, Israel, Inglaterra o Canadá, entre otros países.
Participó en concursos reconocidos mundialmente, como el “Vocal Arts Canadian Competition” y el “New Jersey State Opera Competition”, y en ambos obtuvo el primer lugar. Tuvo la oportunidad de cantar para Plácido Domingo y participó en los estrenos de la ópera “Il Postino”, en New York, y la ópera hebrea “Shulamit”. Actualmente, tiene invitaciones para presentarse en Sicilia (Italia), Quebec (Canadá) y el renombrado Royal Opera House, en Londres (Inglaterra).
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