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Apuntes de mi libreta
“Pedid y se os dará”
GUADALAJARA, JALISCO (08/MAY/2011).- “Y sigue la mata dando”, afirma un refrán popular, de esos que dicen son grandes verdades, el caso es que a “río revuelto, ganancia de pescadores”, luego de la decisión del Presidente Felipe Calderón, en el sentido de cancelar el Tianguis Turístico en Acapulco y convertirlo en rotativo por todo el país –así dicen los que no saben–, ahora diferentes destinos se “apuntan” para lograr la sede de tan productivo evento.
Pero la verdad de las cosas, es que alguien debería de decirles a “los apuntados” que sería muy conveniente que empezaran a planear y hacer cuentas específicas acerca de lo que les podría costar armar un evento de dicha magnitud, así como la tasa de retorno correspondiente, a fin de que el presupuesto que se aplique sea a manera de inversión, y no de gasto, pues sino, podría ser que el gozo se vaya al pozo.
Esto es, el gozo político y social de lograr la sede de un evento tan importante –pero también sumamente efímero– pues si sólo les franquiciarán la sede por una ocasión, el aprender a hacer las cosas, capacitar la gente necesaria y adaptar lo que haya que adaptar para, tendrá un costo bastante alto, mismo que en el caso de Acapulco está resuelto por tantos años (36) de experiencia. Aunque se puede argumentar que “la forma de hacer” la trae consigo la Secretaría de Turismo Federal y el Consejo de Promoción Turística de México, la verdad es que esto no es del todo cierto, y la sede –cualquiera que ésta sea– deberá de invertir amablemente, a fin de que las cosas salgan bien.
Una vez que hayan pasado por esta diatriba, el siguiente paso por analizar, es el que tiene que ver con el año electoral que está al “cuarto para las 12”, o lo que es lo mismo, que gobernadores, presidentes municipales y demás fauna política estarán más interesados en otros menesteres que en invertir a favor de su entidad.
Para muestra basta un botón: la ciudad de Morelia –¡ah, la bella Morelia!– con toda su riqueza cultural, histórica y natural es una de las sedes de donde ya salió un suspiro y el presidente municipal en turno ha levantado la mano y ha dicho yo quiero la sede para mi tierra. Al mismo tiempo, don Genovevo –ex gobernador de la Entidad michoacana–, responsable de la política turística de aquellos lares, en donde ya adquirió una experiencia interesante en la materia, declaró que sí le gustaría, pero que considera que aún no cuentan con toda la infraestructura necesaria como para atender un compromiso de tal envergadura.
Entonces, ¿a quién hacerle caso?, recuerden que el pedir no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
Pero la verdad de las cosas, es que alguien debería de decirles a “los apuntados” que sería muy conveniente que empezaran a planear y hacer cuentas específicas acerca de lo que les podría costar armar un evento de dicha magnitud, así como la tasa de retorno correspondiente, a fin de que el presupuesto que se aplique sea a manera de inversión, y no de gasto, pues sino, podría ser que el gozo se vaya al pozo.
Esto es, el gozo político y social de lograr la sede de un evento tan importante –pero también sumamente efímero– pues si sólo les franquiciarán la sede por una ocasión, el aprender a hacer las cosas, capacitar la gente necesaria y adaptar lo que haya que adaptar para, tendrá un costo bastante alto, mismo que en el caso de Acapulco está resuelto por tantos años (36) de experiencia. Aunque se puede argumentar que “la forma de hacer” la trae consigo la Secretaría de Turismo Federal y el Consejo de Promoción Turística de México, la verdad es que esto no es del todo cierto, y la sede –cualquiera que ésta sea– deberá de invertir amablemente, a fin de que las cosas salgan bien.
Una vez que hayan pasado por esta diatriba, el siguiente paso por analizar, es el que tiene que ver con el año electoral que está al “cuarto para las 12”, o lo que es lo mismo, que gobernadores, presidentes municipales y demás fauna política estarán más interesados en otros menesteres que en invertir a favor de su entidad.
Para muestra basta un botón: la ciudad de Morelia –¡ah, la bella Morelia!– con toda su riqueza cultural, histórica y natural es una de las sedes de donde ya salió un suspiro y el presidente municipal en turno ha levantado la mano y ha dicho yo quiero la sede para mi tierra. Al mismo tiempo, don Genovevo –ex gobernador de la Entidad michoacana–, responsable de la política turística de aquellos lares, en donde ya adquirió una experiencia interesante en la materia, declaró que sí le gustaría, pero que considera que aún no cuentan con toda la infraestructura necesaria como para atender un compromiso de tal envergadura.
Entonces, ¿a quién hacerle caso?, recuerden que el pedir no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
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